Daniel
SuperRaphaelista
    
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Posted - 01/07/2025 : 14:24:25
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Amigos Raphaelistas, ahora que ya han pasado estas 3 noches mágicas e intensas vividas y compartidas con nuestro artista toca poner en orden si es que se puede, todo lo que hemos sentido, experimentado con este gigante llamado RAPHAEL. La verdad que no es tarea fácil. Yo os diría que estas noches me han servido para constatar que Raphael es un milagro. Un milagro hecho realidad. Un ARTISTA hecho de otra pasta, parido quizás en otro planeta y con un objetivo único, deslumbrar y llenar de felicidad al resto de mortales de este planeta llamado Tierra.
Raphael salió a las tablas de su teatro fetiche, el Teatro de la Zarzuela, testigo siempre de todos los acontecimientos importantes en su vida y su carrera con la necesidad de dejar claro y por sentado que seguía siendo aquél, aquél que no puede vivir sin esta pasión loca que es la música. Y llegó y ganó. Desde el primer segundo en cada una de las noches en las que nos ha vuelto locos, el teatro se venía abajo. Las ovaciones no podían ser más ensordecedoras y apabullantes. El público quería agradecerle su vuelta, su valentía, porque hay que tenerlos bien puestos para aceptar ese compromiso, ese nivel de exigencia tras haber superado gracias a la vida el linfoma cerebral que hace varios meses nos hacía temer lo peor. Pero todos en el fondo de nuestros corazones guardábamos un rayito de esperanza que nos hacía pensar en su regreso, porque conocemos su tesón, su constancia y esa ilusión por sus cosas que le hacen siempre pelear y ganar cualquier batalla.
Y ahí estuvimos, su público, su gente, amigos y familiares acompañándole y dejándonos llevar por melodías y canciones de antes, de ahora y que nos hacían flotar, emocionarnos hasta niveles insospechados. Recuerdo ovaciones en las que el público parecía querer decirle extendiendo sus brazos: !Estamos aquí Raphael! ¡Aquí para quererte! Todo va a ir bien. ¡Sigue así!
Fue impresionante. Que bonito haberlo vivido. Que bonito saber que nuestro artista sigue luchando por aquello que más le apasiona. Nosotros seguiremos con él también hasta el infinito y más allá. ¡VIVA RAPHAEL!


* PRIMER CONCIERTO (26/06/2025) *
Y llegó el 26 de junio. Llegó el momento en el que veríamos a nuestro artista reaparecer una vez más en el mítico Teatro de la Zarzuela. Su voz potente y su carisma intactos nos emocionó desde el primer momento. Aquello parecía increíble, pero era real, algo propio de los dioses.
* VÍDEO REPORTAJE INTERIOR DEL TEATRO MINUTOS ANTES DE COMENZAR EL CONCIERTO: https://www.youtube.com/watch?v=kvRr6RNNFgk
* VÍDEOS CONCIERTO *
- INTRO + LA NOCHE + YO SIGO SIENDO AQUÉL https://www.youtube.com/watch?v=vZWyLrcLwdk
- YO SIGO SIENDO AQUÉL + CIERRO MIS OJOS + DIGAN LO QUE DIGAN https://www.youtube.com/watch?v=t38YfNuOwnM
- VÍDEO QUE RECOGE VARIAS CANCIONES: https://www.youtube.com/watch?v=QqkIgncm8D4
 ALGUNOS AMIGOS DE LA ASOCIACIÓN RAPHAELISTA MINUTOS ANTES DE COMENZAR EL CONCIERTO







 RAPHAEL A LA SALIDA DEL TEATRO ACOMPAÑADO POR SU MUJER, NATALIA FIGUEROA
 RAPHAEL ESTUVO ACOMPAÑADO LOS 3 DÍAS POR SU FAMILIA. AQUÍ EN PRIMER LUGAR SE VE A SU HIJO JACOBO MARTOS.
* NOTICIAS CONCIERTO *
- VÍDEO NOTICIA AGENCIA EFE: https://www.youtube.com/watch?v=9bzbvj6y_ZQ
- VÍDEO NOTICIA - PROGRAMA "D CORAZÓN" TVE: https://www.youtube.com/watch?v=wbm-isc3Fmk
- EL PAÍS ---------------
Raphael está de vuelta: “No he llorado ni una sola vez en estos meses. Estoy muy bien enseñado” Seis meses después de haber sido diagnosticado con un linfoma cerebral primario, el cantante vuelve a actuar en el Teatro de la Zarzuela. Allí empezó su leyenda hace 60 años. “No quiero que el público sufra por mí. Por eso sigo”, asegura a EL PAÍS.
 Raphael posa en el Teatro de la Zarzuela antes de su concierto, este jueves. LUIS SEVILLANO
Martín Bianchi Madrid - 27 JUN 2025 - 05:30 CEST
El 3 de noviembre de 1965, Raphael (Linares, Jaén, 82 años) entró al Teatro de la Zarzuela como una estrella en ascenso. Después de tres horas de concierto en directo, y con solo 22 años, salió convertido en un astro absoluto. En esa época, los artistas que triunfaban en España solían actuar en festivales y no cantaban solos ante un público sentado. “No se atrevían. Pero yo no tenía otro camino. Tenía que ser todo o nada. Fui a por todo”, explica el cantante a EL PAÍS.
Si Antonio el Bailarín no le hubiera cedido el teatro madrileño para su gran noche, la historia habría sido otra. El show del 65, el primero que hizo en solitario, marcó un antes y un después en su carrera. “Supongo que todo habría sido muy diferente”, admite. Poco después lanzó su primer LP, Raphael; dio su primer concierto navideño en televisión, en el que interpretó por primera vez El Tamborilero, que sigue siendo el villancico más vendido en España; y representó al país en Eurovisión con Yo soy aquel. Alcanzó la séptima posición con el tema de Manuel Alejandro.
Seis décadas y 70 millones de discos vendidos después, El Divo de Linares vuelve al Teatro de la Zarzuela para dar tres espectáculos con su gira Raphaelísimo. El primero fue este jueves y los otros dos serán el sábado y el domingo. Es su forma de celebrar el sesenta aniversario de su primer gran concierto, pero también es su manera de anunciar que está de vuelta seis meses después de haber sido diagnosticado con un linfoma cerebral primario, un tipo de tumor cerebral poco frecuente. Cantar en La Zarzuela es como una “cábala” para él. En 2003, tras recibir un trasplante de hígado, también actuó allí. “Es como un seguro para mí. No estoy nervioso. ¿Cómo voy a estar nervioso si esta es mi casa de toda la vida?”, dice horas antes del primero de sus tres shows en el teatro madrileño.
 Raphael, en la cafetería del Teatro de la Zarzuela, este jueves. LUIS SEVILLANO
Cuando canta, el torrente vocal de Raphael es desbordante. Ahora, cuando habla, su voz puede sonar como un hilo fino. Pero a grandes rasgos sigue siendo “aquel”: una estrella, siempre en control. No quiere recordar la mítica noche del 65, en la que lo acompañaron el gran Waldo de los Ríos, Gregorio García Segura y el dúo Los Gemelos. “No soy de esas personas que están hablando del pasado. Me lo nombras, lo recuerdo y me da cosita. Me gusta oírlo, sentirlo, pero no quiero recordarlo”, insiste.
Raphael viene a hablar del futuro, pero ante las preguntas insistentes sí recuerda algo de aquel concierto: al día siguiente tuvo que presentarse en el cuartel de Colmenar para empezar el servicio militar. Lo raparon y hasta llevó peluca en algún concierto. Un año después, con la mili ya hecha y el pelo más largo, empezó su trayectoria internacional. En 1967 representó por segunda vez a España en Eurovisión con Hablemos del amor, también compuesta por Manuel Alejandro. En el 68 le ofrecieron competir de nuevo en el certamen europeo, pero no aceptó. “Ya estaba contratado con mucha anticipación para unos conciertos en Francia. Fue mejor así”, reconoce. Ese año, Massiel ganó el festival con su La la la.
Ha seguido la última edición Eurovisión y todo el jaleo que vino después. No entiende por qué Melody quedó en antepenúltima posición. “No he visto a una colega con tanta fuerza. Salió a partirse la cara y a por todas”, afirma. “Los puntos dependen de los gustos de la gente y del estilo de la canción, que a veces gusta y a veces no. Son muchos colores. No consiguió los votos, pero demostró una profesionalidad intachable. Me gustan las personas que salen a matarse por un sueño”.
Él sigue matándose por su sueño. No ha perdido las ganas de triunfar. “Quita la palabra ‘triunfar’ porque es muy poca cosa. Pero sí puedes decir que no he perdido las ganas de hacer realidad mis sueños… o lo que me toque”, aclara. Después de Madrid, le esperan 20 conciertos más por toda España: Marbella, Cádiz, Sevilla, Córdoba, Donostia, Palma de Mallorca, Valencia, Bilbao, Granada… Va a estar cantando hasta fin de año. ¿Cómo lo aguanta? “Cantando un día sí y el otro también. Eso es bueno. Con todo lo que he pasado, no me he olvidado de cómo cantar. De eso no me voy a olvidar nunca”.
Durante estos meses alejado de los escenarios, se ha sometido a un tratamiento para su linfoma cerebral. Es críptico sobre el tema. Dice frases cortas. Algunas ni siquiera las termina. Prefiere pasar de puntillas por la enfermedad, aunque no es la primera vez que se enfrenta a ella. “Estoy malacostumbrado. Gracias a Dios, he salido de todas”, dice. “No he llorado ni una sola vez en estos meses. Estoy muy bien enseñado”. Luego matiza: “Hombre, no he tenido miedo. He tenido pánico. Pero hay algo en mí que me hace plantarle cara. Yo le planto cara y siempre salgo bien”.
En ningún momento se le pasó por la cabeza ponerse a pensar si iba a volver o no a los escenarios: “Estaba con una cosa mucho más importante que cantar. No me preocupaba volver a un escenario. Me preocupaba no poder volver a mi familia”, revela. Habla mucho de su familia: Natalia Figueroa, su esposa desde hace 53 años, y sus tres hijos. “Le temo más al dolor que pueda ocasionarle a ellos que al dolor propio. Que sufra yo, pues bueno… yo me he buscado las cosas. Pero ellos no tienen por qué sufrir”. Dice que sigue trabajando por su familia, porque a ellos les encanta lo que hace. Y por sus fans. “Los quiero mucho. No quiero que el público sufra por mí. Por eso sigo”.
Ahora está bien de salud. “He salido de una bien”, sostiene. Pero el susto que pasó hace poco más de seis meses no se lo quita nadie. El 17 de diciembre pasado, empezó a sentirse mal mientras grababa un programa especial de Navidad con David Broncano. No le salían las palabras. “Fue una cosa que no esperaba. En ningún momento perdí el conocimiento. Entendía todo, pero yo no podía contestarles”, recuerda. “En algún momento logré meter una frase que siempre digo: ‘Lo que tenga que ser, hágase ya”.
 Raphael posa para la entrevista, el jueves. LUIS SEVILLANO
Raphael siempre ha dicho que no se va a retirar. Y lo mantiene. Está enganchado al público. “Y a mis amigos, y a mi familia”, añade. Joan Manuel Serrat tiene 81 años y ya no canta. Julio Iglesias tiene 81 y está retirado. Joaquín Sabina tiene 76 y se está despidiendo de los escenarios. Raphael va a cumplir 83 y quiere seguir. Y sigue. Tiene fuerzas para volver y para que vuelvan los demás: “Es que no vamos a tener otro Serrat, ni otro Sabina, ni otro Julio. Cuando me los encuentre, trataré de que cambien de opinión y que vuelvan”. Tampoco vamos a tener otro Raphael. Después de él, ¿qué? “Después de mí, habrá un poquito más de mí”.
Al Rafael de 22 años que hace seis décadas cantó por primera vez en solitario solo le diría una cosa: “Pide volver. No te despidas”. Cuando termine sus tres conciertos en Madrid, el Raphael de 82 años no dirá “adiós”. No le gustan las despedidas. “Hombre, cuando me toque despedirme, sabré afrontarlo con dignidad. Pero, por ahora, eso está muy lejos”, insiste.
Unos días antes de esta entrevista, Felipe VI concedió los primeros títulos nobiliarios de su reinado. Entre los agraciados, Luz Casal, ahora marquesa de Luz y Paz. “Todos muy merecidos”, subraya Raphael, con 335 discos de Oro, 50 de Platino y uno de Uranio a sus espaldas. Ahora también suma el galardón de Persona del Año por la Academia Latina de la Grabación, un reconocimiento que recogerá en Las Vegas, en vísperas de los Grammy Latinos. ¿Le habría gustado un título? “¿Un marquesado? A quién no le gustaría eso. Pero hay que aguantarse cuando a uno no le toca. Que tú hayas pensado que me lo merecía, me alivia un poquito”.
Si tuviera que elegir un título nobiliario propio, uno a la altura de sus logros y su trayectoria, no sabe cuál escogería. Tratándose de Raphael de España, El Divo de Linares, el marquesado de Linares sería lo más lógico. Pero ese está cogido por una familia linajuda desde los tiempos de Amadeo I. El asunto no le interesa mucho. Quiere cambiar de tema. Después de todo, lleva más de medio siglo casado con una aristócrata de pura raza, hija del marqués de Santo Floro y nieta del conde de Romanones. Raphael se despide dando uno de esos grandes titulares a los que nos tiene acostumbrados desde hace 60 años: “Yo no pido títulos, pido salud para seguir a mi marcha por muchos años más”.
- AGENCIA EFE -------------------
 El cantante Raphael durante el concierto ofrecido este jueves en el Teatro de la Zarzuela, en Madrid. EFE/J.P.Gandul
Los raphaelistas se rinden ante Raphaelísimo en Madrid.
Alicia García de Francisco |
Madrid (EFE).- El público estaba entregado desde antes de que se iluminara el escenario del Teatro de la Zarzuela de Madrid para dar la bienvenida a Raphael, unas tablas donde ha celebrado varias citas importantes y donde este jueves volvió a demostrar que sigue siendo aquel, «el mismo», como él se encargó de resaltar.
Pese a algunos problemas de sonido al comienzo y pese a los olvidos de letras que el artista adornaba con más dotes de actor que de cantante, el concierto fue un triunfo de Raphael ante su público más fiel.
Un fiesta «privada» Tras empezar el pasado día 16 en Mérida su gira ‘Raphaelísimo’, su regreso seis meses después de que le fuera diagnosticado un linfoma cerebral primario, el cantante de Linares tenía este jueves la primera de sus tres citas en Madrid, con todas las entradas vendidas.

Tres conciertos sobre las tablas de la Zarzuela, el teatro donde debutó como Raphael y al que regresó tras recuperarse de su trasplante de hígado.
Y en el que cada gesto, cada sonido, cada sonrisa, eran celebrados con gritos, aplausos y todo el público en pie tras cada una de las 27 canciones que entonó.
Muchas mujeres con ganas de ver a su ídolo en una especie de fiesta privada en la que todas se conocían, ese era el público mayoritario de un concierto al que asistió gran parte de la familia del cantante.
Arropado por toda su familia Algunos de sus nietos ocupaban la primera fila en un palco en el que detrás se podía ver a dos de sus hijos -Jacobo y Alejandra- y en el fondo, casi en la penumbra, a su mujer, Natalia Figueroa.
Un piso más arriba se levantaba de su asiento para aplaudir el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y en el patio de butacas se veía al defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, al humorista Pero Ruiz o al exministro de Defensa José Bono, cuya hija Amelia estuvo casada con Manuel, el hijo pequeño de Raphael.
Todos entregados al arte de un cantante de 82 años que ha sabido sobreponerse a varias enfermedades y que lucha contra todo, como hoy demostró sobre el escenario, en el que se emocionó, cantó, declamó y dejó que su público terminara muchas de las canciones.
Los primeros gritos -«guapo», «único», «te queremos»- llegaron cuando Raphael apareció en el escenario, enteramente vestido de negro, como siempre hace, con el único toque brillante de las lentejuelas de su chaqueta.
Una chaqueta que se quitó tras interpretar el primer tema, ‘La noche’. La dejó sobre el piano de cola y al lado de una silla sobre la que se apoyó en no pocas ocasiones y en la que se sentó para interpretar algunos temas.
«Gracias a la vida» Con el segundo tema dejó claras sus intenciones en una actuación en la que no habló al público, aunque tampoco hizo falta porque antes de que él hablara, los asistentes se adelantaban con sus coros y sus gritos de ánimo.
«Yo sigo siendo aquel, el mismo, el Raphael de siempre», dijo cambiando la letra de la que es su canción más emblemática.
Como siempre, dominó el escenario con veteranía y con fuerza, con una voz que a veces tronaba y a veces susurraba y que por momentos parecía perder, aunque no se fue.
La orquesta, con piano de cola, violín y violonchelo, además de batería, guitarra o bajos, arropaba cada tema, a veces incluso demasiado.
Y hasta se agradecieron los temas que cantó solo acompañado con una guitarra española. Ahí, entonando ‘Gracias a la vida’, el himno de Violeta Parra, fue cuando su voz sonó más clara.
Gran ovación También se escucharon algunos de los cortes de su último disco, ‘Ayer…aún’, homenaje a grandes clásicos. Sonaron ‘Padam padam’, ‘Himno al amor’, ‘Vida en rosa’ o ‘Je Ne Regrette Rien’, cantada a dúo con Edith Piaf gracias a la tecnología y que fue uno de los momentos más bonitos de la noche.
La imagen de Piaf se unió a la de Raphael en una pantalla que ocupaba todo el fondo del escenario y por la que se fueron proyectando imágenes del cantante joven, muy joven, en su época más internacional.
Pero la locura se desató con sus canciones más clásicas, desde ‘Hablemos del amor’ a ‘Estuve enamorado’, ‘Cuando tú no estás’, ‘Bésame’, ‘Qué sabe nadie’, ‘En carne viva’, ‘Yo soy aquel’, ‘Escándalo’ o ‘Como yo te amo’, con la que cerró el concierto.
Gran ovación y una ligera petición de bis, no muy insistente, que era evidente el cansancio del artista.
- EL DIARIO DE CHIHUAHUA ----------------------------------
Ovacionan a Raphael en Madrid tras regreso a los escenarios. El cantante Raphael fue apapachado por sus fans a la salida del Teatro de La Zarzuela, en Madrid, tras ofrecer tres conciertos 'sold-out'.
Madrid, España.- Este fin de semana se celebró el tercer y último concierto de Raphael en Madrid tras su regreso a los escenarios, seis meses después de serle diagnosticado un linfoma cerebral con dos nódulos que lo mantuvo alejado de su público desde diciembre.
Había ganas de disfrutar de nuevo del icónico artista, y él lo sabía, de modo que se entregó con todo en los recitales que ofreció en los últimos días en el Teatro de La Zarzuela.
Tres llenos totales y un público entregado en las más de dos horas de concierto en las que el "Divo de Linares", incombustible a sus 82 años, hizo un apoteósico repaso de sus temas más conocidos, como "Escándalo", "Mi Gran Noche" o "Yo Soy Aquel". El intérprete demostró que está completamente recuperado y con una voz sumamente cuidada, reafirmando el por qué es considerado uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. De ahí que tras su última cita con el público madrileño, este domingo, decenas de fans esperaran ansioso a Raphael a la salida del teatro para brindarle un aplauso interminable, al grito de "¡Bravo, Raphael, bravo!".
Una muestra espontánea de cariño que el cantante, acompañado de su hijo Jacobo Martos, agradeció saludando con la mano y con una gran sonrisa, muy emocionado por el amor incondicional de su público. De hecho, el cantante ha reconocido en el pasado que su público fue "su vitamina" para superar su enfermedad en un tiempo "récord" y volver a los escenarios en una extensa gira de conciertos con la que recorrerá todo España en los próximos meses.
- ¡HOLA! -------------
Raphael arrasa en Madrid, planta cara a la enfermedad y emociona a sus nietos: “Soy el de siempre”. Acompañamos al cantante en su gran primera noche en el Teatro de la Zarzuela.
11 días después de su épica reaparición en el imponente Teatro Romano de Mérida, Raphael ofreció el primero de sus tres conciertos en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Ante más de 1.200 personas, el artista volvió a hacer lo que mejor sabe: emocionar al público con su prodigiosa voz, intacta pese al paso del tiempo y las dificultades de la vida.
A sus 82 años, tras hacer un alto en su incansable carrera para tratarse el linfoma cerebral diagnosticado a finales de 2024, Raphael pisó el escenario seis minutos después de las siete y media de la tarde. Vestido completamente de negro y acompañado por sus diez músicos, abrió la velada con La noche y, de inmediato, dejó claro -sin necesidad de discursos- que sigue siendo aquel que siempre logra levantarse. "Sigo siendo el mismo", gritó. "El Raphael de siempre", proclamó, provocando que sus incondicionales se pusieran en pie entre aplausos y algún que otro olé.
A partir de ahí encadenó grandes éxitos como Cierro mis ojos, Digan lo que digan e hizo bailar a todo el mundo con Mi gran noche, incluidos los miembros de su familia que le acompañaban desde un palco: Natalia Figueroa, sus hijos Jacobo y Alejandra, y sus nietos mayores, Manuela y Carlos, hijos de Alejandra, además de Jorge, primogénito de Manuel Martos y Amelia Bono.
Después de los vítores de guapo, viva Raphael y único, llegó uno de los momentos más íntimos de la noche. Sentado en una silla, interpretó Amo y Si no estuvieras tú, emocionando profundamente al público, que exclamó “¡Qué bonito!”. De pie de nuevo, cantó Hablemos del amor antes de presentar los temas de su último disco, Ayer... aún, con un repertorio internacional que incluyó Padam, Padam, La vie en rose, Non, je ne regrette rien —homenajeando a su adorada Édith Piaf.
Más tarde viajó musicalmente a Argentina con el tango Malena y continuó con Estuve enamorado y Desde aquel día. En ese punto volvió a sentarse para interpretar con una entrega conmovedora Amor mío. Su nieta Manuela, visiblemente emocionada, confesó a su hermano entre lágrimas que se le había puesto la piel de gallina al escuchar el torrente de voz de su abuelo.

El público, entregado, coreó con el artista Cuando tú no estás, Que nadie sepa mi sufrir -con acompañamiento de guitarra- y Gracias a la vida. Viéndole arropado por el cariño de sus fans y el amor incondicional de su familia, resultaba lógico que el cantante se mostrara tan agradecido al interpretar este tema, especialmente tras haber plantado cara una vez más al destino. El último revés, quizá el más duro, hizo temer a muchos por el final de su carrera, pero nada más lejos de la realidad: hay Raphael para rato, como demostró bailando y cantando Estar enamorado, un tema que hizo vibrar a todos los presentes.
La recta final del concierto llegó con Ámame, En carne viva, Yo soy aquel, Escándalo y, como broche, Como yo te amo, con la que se despidió de sus incondicionales llevándose la mano al corazón, lanzando besos, sonrisas y un simpático guiño a sus nietos, que no dejaron de cantar y bailar, irradiando un amor hacia su abuelo que traspasa fronteras.

Raphael también se emocionó al mirar a su hija, quien, horas después del concierto, publicó el siguiente mensaje: "Decir que eres GRANDE se queda muy pequeño. Mi adorado padre, lo de anoche no se nos va a olvidar. Y qué inmensamente felices somos por ti. GRACIAS a la vida".

Entre los asistentes al concierto de se encontraban numerosas caras conocidas: el actor Carlos Santos, el presentador Pedro Ruiz, la actriz Rosa Valenti, las empresarias Cuqui y Yolanda Font, la periodista y escritora Nieves Herrero o el entrenador de baloncesto Sergio Scariolo fueron algunos de los rostros populares que no quisieron perderse la cita. También estuvieron presentes el defensor del pueblo, Ángel Gabilondo, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quien incluso tuvo la oportunidad de subir al escenario junto al artista y la esposa de este.


"En la voz de Raphael cada canción se convierte en himno y en prueba fidedigna de su inmensa talla como artista. Esta noche, sobre el escenario del Teatro de la Zarzuela, ha demostrado que su música trasciende el tiempo y los regresos, para convertirse en leyenda y emoción inagotable. ¡Grande!”, escribió Urtasun, quien cantó y bailó como el que más durante el concierto.

Un concierto muy familiar También destacaron entre el público José Bono y Ana Rodríguez Mosquera, exsuegros de Raphael, cuya presencia volvió a evidenciar que, a pesar de la separación de sus respectivos hijos, Manuel Martos y Amelia Bono, siguen considerándose familia y mantienen un cariño y respeto admirables.

Instantes antes de que diera comienzo el concierto, Bono se acercó al palco donde se encontraba su nieto Jorge, también nieto de Raphael, para charlar con él, así como con Manuela y Carlos, los otros nietos del artista. Después de este momento tan familiar, el que fuera ministro de Defensa regresó a su asiento, en la novena fila, comportándose como un fan más del artista de Linares. Al finalizar el recital, Ana Rodríguez se acercó también a saludar a su nieto con un beso, un gesto que repitió con el resto de los nietos de Raphael.
Fans incondicionales Aunque el concierto de Raphael estaba previsto para las 19:30 horas, desde las seis de la tarde numerosos fans se congregaron en el Teatro de la Zarzuela. Muchos aprovecharon para hacerse fotos junto al cartel del artista, visitar la zona de merchandising y compartir la ilusión de volver a ver sobre el escenario a su ídolo. Una de las personas con las que hablamos nos contó que había asistido a 30 conciertos de Raphael y que como buena Raphaelista, lucía con orgullo su medalla distintiva colgada del bolso.
Para otras personas era la primera vez que asistían a un concierto de Raphael. Venían acompañadas de auténticas fans del artista y depositaban muchas esperanzas en esta esperada reaparición. Para la mayoría, resultaba casi un milagro que Raphael, apenas seis meses después de ser diagnosticado con un linfoma cerebral, volviera a subirse a un escenario. "¡Pensaba que no iba a volver a verle!", nos confesó una seguidora. "Pero él necesita esto, cantar y estar con su público, para seguir vivo", aseguró.
- EL PERIÓDICO DE ESPAÑA -----------------------------------
Por Eduardo Bravo.
EL REGRESO DE UN ÍDOLO RAPHAELÍSIMO: UN RAPHAEL SUPERLATIVO RENACE EN EL MADRILEÑO TEATRO DE LA ZARZUELA RECUPERADO DE UNA GRAVE ENFERMEDAD QUE LO TUVO RETIRADO DE LOS ESCENARIOS DURANTE VARIOS MESES, RAPHAEL SE REENCONTRÓ CON EL PÚBLICO DE MADRID
Tratándose de Raphael, la de este jueves podía ser, sin duda, una gran noche. Con todas las entradas vendidas y una nutrida presencia de los medios de comunicación ansiosos por cubrir el evento, el cantante de Linares ha dado este jueves inicio en el Teatro de la Zarzuela de Madrid a Raphaelísimo, el superlativo título de su nueva gira, la primera después de recuperarse de los problemas de salud sufridos a finales de 2024. "Yo volveré a nacer, estoy seguro, / Porque esta vida con mi vida sigue en deuda / Que yo no tuve juventud como cualquiera / Porque pasé de la niñez a los asuntos", decía un Raphael en Volveré a nacer, tema que daba título a su décimo LP para el sello Hispavox y que, cuando se publicó, allá por 1972, nadie hubiera pensado que resultaría tan premonitorio. Más de medio siglo después, se podría que el cantante ha renacido dos veces. La primera, después de una enfermedad hepática que requirió un transplante de hígado y, la segunda, hace unos meses después de sufrir un linfoma cerebral. En ambos casos, Raphael ha utilizado esas segundas oportunidades para seguir haciendo lo que más le gusta, cantar y, además, disfrutando de ello con la seguridad que aporta el no tener que demostrarle nada a nadie.
En esta primera función de las tres programadas en el teatro madrileño con todo el papel vendido, el artista no ha estado solo. Conscientes de la trascendencia del momento, los amigos y los seguidores han arropado a la estrella demostrando su admiración hacia Raphael y su cariño hacia Rafael Martos. De esta forma, en el patio de butacas coincidieron el cómico Pedro Ruiz, la periodista Nieves Herrero, la vedete Rosa Valenty, el productor José Manuel Lorenzo, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo y José Bono, una de cuyas hijas, Sofía, también se encontraba en uno de los palcos junto a algunos amigos.
El resto de la audiencia lo componían perfiles de lo más diverso, entre los que se encontraban niños, matrimonios de mediana edad, parejas gay, treintañeros y grupos de fans del cantante que llevan décadas apoyándole y que le acompañaron cantando a voz en grito o susurrando, según el momento del espectáculo, todos los temas.
NO PUEDE VOLVER QUIEN NUNCA SE HA IDO El concierto comenzó con una puntualidad poco frecuente. Superadas apenas las 19:30, los diez miembros de la banda entraron en el escenario y comenzaron a tocar para calentar el ambiente antes de que hiciera su aparición Raphael, que se presentó con su tradicional vestuario negro, adornado únicamente con una americana de lentejuelas, de la que se desprendió después de la primera canción. Recibido con vítores y aplausos, el artista no hizo discurso alguno, ni presentaciones, ni parlamentos de ningún tipo que lastrasen el ritmo del espectáculo. Después de décadas de relación, Raphael y sus seguidores ya se lo han dicho todo y, como esas parejas que se conocen desde antaño, los silencios no son momentos incómodos sino instantes de complicidad. Bastó un gesto, una mano llevada al corazón, una mirada, un ademán o una inclinación de cabeza del artista, para que el público tuviera la garantía de su cariño y su agradecimiento. A cambio, la audiencia aplaudió entusiasmada y puesta en pie todas y cada una de las canciones, le gritó que era el más grande, el más guapo, el que mejor actuaba y hubo varios que llegaron a emocionarse hasta las lágrimas, mientras escuchaban un repertorio en el que, si bien no estaban todas, no faltaron las más importantes.
Aunque se trató de versiones con desarrollos cortos, para no cansar al artista, darle más relevancia al estribillo y facilitar así que cupieran más temas en el recital, entre la treintena de temas que sonaron estuvieron Yo sigo siendo aquel, Digan lo que digan, Mi gran noche, Hablemos del amor, Estuve enamorado, En carne viva, el tango Malena, Gracias a la vida de Violeta Parra, una versión en castellano de La vie en rose y una interpretación de Rien de rien cantada a dúo, gracias a la tecnología, con la mismísima Edit Piaf. Además de la voz de la cantante francesa, su rostro se proyectaba en una pantalla gigante de leds colocada al fondo del escenario, en la que también se pudieron ver imágenes de concierto rodadas a tiempo real, planos del público e incluso imágenes de archivo que mostraban a un joven Raphael muy estiloso, realmente cool y con mucho, mucho flow.
NUESTRO HOMBRE DE NEGRO Además de la soberbia interpretación de los músicos de la banda, Raphaelísimo destaca por su buena dirección artística, su puesta en escena y su juego de luces, tan sobria y elegante como eficaz. Una labor en la que tiene una gran responsabilidad Manuel Martos, hijo del artista y A&R de la compañía Universal, responsable también de la modernización de la imagen y del repertorio de su padre.
Como había hecho Rick Rubin con Johnny Cash, Manuel Martos animó a su padre a actualizar su sonido, colaborar con aquellos cantantes jóvenes que lo admiraban, grabar discos con temas compuestos por ellos y aceptar con humor y agradecimiento que es un icono para el colectivo LGTBIQ+. En definitiva, conseguir que Raphael, sin necesidad de renunciar a su perfil conservador ni afiliarse a la joven guardia roja, mostrase una faceta más actual y afín a las transformaciones experimentadas por la sociedad española. De hecho, uno de los temas más emocionantes de la velada, tanto para el público como para el propio artista, al que se pusieron los ojos vidriosos, fue Qué sabe nadie. El tema, cuyos primeros versos dicen "De mis secretos deseos / De mi manera de ser / De mis ansias y mis sueños / Qué sabe nadie", es toda una declaración de principios contra la maledicencia, los comentarios hirientes y esa insana necesidad de inmiscuirse en la vida y la libertad de las personas. Una composición que, todo sea dicho, sonaba aún más reivindicativa a un par de días de que se celebre en Madrid el desfile del Orgullo, marcado por la polémica sobre la legalidad o no de ondear banderas arcoiris en los edificios públicos. El último tramo del recital incluyó éxitos como, Estar enamorado, Yo soy aquel y Escándalo. Para entonces, ya habían transcurrido casi dos horas de concierto y, después de interpretar Como yo te amo, Raphael se retiró al camerino. Poco después le siguió la banda. No hubo bises. Nadie se los reclamó. El artista lo había dado todo y la gente fue abandonando el teatro con una sensación de plenitud y felicidad. Cuando salimos a la calle, todavía era de día.
- AGENCIA EFE - REDACCIÓN DIGITAL INFORMATIVOS TELECINCO ------------------------------------------------------------------------------
RAPHAEL CONQUISTA MADRID EN SU ESPERADA VUELTA A LOS ESCENARIOS DE LA CAPITAL: ASÍ HA SIDO SU CONCIERTO
El público estaba entregado desde antes de que se iluminara el escenario del Teatro de la Zarzuela de Madrid para dar la bienvenida a Raphael, unas tablas donde ha celebrado varias citas importantes y donde este pasado jueves volvió a demostrar que sigue siendo aquel, "el mismo", como él se encargó de resaltar. Pese a algunos problemas de sonido al comienzo y pese a los olvidos de letras que el artista adornaba con más dotes de actor que de cantante, el concierto fue un triunfo de Raphael ante su público más fiel.
Tras empezar el pasado día 16 en Mérida su gira 'Raphaelísimo', su regreso seis meses después de que le fuera diagnosticado un linfoma cerebral primario, el cantante de Linares tenía la primera de sus tres citas en Madrid, con todas las entradas vendidas. Tres conciertos sobre las tablas de la Zarzuela, el teatro donde debutó como Raphael y al que regresó tras recuperarse de su trasplante de hígado. Y en el que cada gesto, cada sonido, cada sonrisa, eran celebrados con gritos, aplausos y todo el público en pie tras cada una de las 27 canciones que entonó. Muchas mujeres con ganas de ver a su ídolo en una especie de fiesta privada en la que todas se conocían, ese era el público mayoritario de un concierto al que asistió gran parte de la familia del cantante. Algunos de sus nietos ocupaban la primera fila en un palco en el que detrás se podía ver a dos de sus hijos -Jacobo y Alejandra- y en el fondo, casi en la penumbra, a su mujer, Natalia Figueroa. Un piso más arriba se levantaba de su asiento para aplaudir el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y en el patio de butacas se veía al defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, al humorista Pero Ruiz o al exministro de Defensa José Bono, cuya hija Amelia estuvo casada con Manuel, el hijo pequeño de Raphael.
Todos entregados al arte de un cantante de 82 años que ha sabido sobreponerse a varias enfermedades y que lucha contra todo, como demostró sobre el escenario, en el que se emocionó, cantó, declamó y dejó que su público terminara muchas de las canciones. Los primeros gritos -"guapo", "único", "te queremos"- llegaron cuando Raphael apareció en el escenario, enteramente vestido de negro, como siempre hace, con el único toque brillante de las lentejuelas de su chaqueta. Una chaqueta que se quitó tras interpretar el primer tema, 'La noche'. La dejó sobre el piano de cola y al lado de una silla sobre la que se apoyó en no pocas ocasiones y en la que se sentó para interpretar algunos temas.
Con el segundo tema dejó claras sus intenciones en una actuación en la que no habló al público, aunque tampoco hizo falta porque antes de que él hablara, los asistentes se adelantaban con sus coros y sus gritos de ánimo. "Yo sigo siendo aquel, el mismo, el Raphael de siempre", dijo cambiando la letra de la que es su canción más emblemática.
Como siempre, dominó el escenario con veteranía y con fuerza, con una voz que a veces tronaba y a veces susurraba y que por momentos parecía perder, aunque no se fue.
La orquesta, con piano de cola, violín y violonchelo, además de batería, guitarra o bajos, arropaba cada tema, a veces incluso demasiado. Y hasta se agradecieron los temas que cantó solo acompañado con una guitarra española. Ahí, entonando 'Gracias a la vida', el himno de Violeta Parra, fue cuando su voz sonó más clara.
También se escucharon algunos de los cortes de su último disco, 'Ayer...aún', homenaje a grandes clásicos. Sonaron 'Padam padam', 'Himno al amor', 'Vida en rosa' o 'Je Ne Regrette Rien', cantada a dúo con Edith Piaf gracias a la tecnología y que fue uno de los momentos más bonitos de la noche.
La imagen de Piaf se unió a la de Raphael en una pantalla que ocupaba todo el fondo del escenario y por la que se fueron proyectando imágenes del cantante joven, muy joven, en su época más internacional.
- EL NACIONAL -------------------
EL ETERNO RAPHAEL REGRESA A LO GRANDE EN MADRID: OVACIÓN, EMOCIÓN Y RAPHAELÍSIMO
El público estaba entregado desde antes de que se iluminara el escenario del Teatro de la Zarzuela de Madrid para dar la bienvenida a Raphael, unas tablas donde ha celebrado varias citas importantes y donde este jueves volvió a demostrar que sigue siendo aquel, “el mismo”, como él se encargó de resaltar. Pese a algunos problemas de sonido al comienzo y pese a los olvidos de letras que el artista adornaba con más dotes de actor que de cantante, el concierto fue un triunfo de Raphael ante su público más fiel. Tras empezar el pasado día 16 en Mérida su gira ‘Raphaelísimo’, su regreso seis meses después de que le fuera diagnosticado un linfoma cerebral primario, el cantante de Linares tenía hoy la primera de sus tres citas en Madrid, con todas las entradas vendidas. Tres conciertos sobre las tablas de la Zarzuela, el teatro donde debutó como Raphael y al que regresó tras recuperarse de su trasplante de hígado. Y en el que cada gesto, cada sonido, cada sonrisa, eran celebrados con gritos, aplausos y todo el público en pie tras cada una de las 27 canciones que entonó. Muchas mujeres con ganas de ver a su ídolo en una especie de fiesta privada en la que todas se conocían, ese era el público mayoritario de un concierto al que asistió gran parte de la familia del cantante. Algunos de sus nietos ocupaban la primera fila en un palco en el que detrás se podía ver a dos de sus hijos -Jacobo y Alejandra- y en el fondo, casi en la penumbra, a su mujer, Natalia Figueroa. Un piso más arriba se levantaba de su asiento para aplaudir el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y en el patio de butacas se veía al defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, al humorista Pero Ruiz o al exministro de Defensa José Bono, cuya hija Amelia estuvo casada con Manuel, el hijo pequeño de Raphael. Todos entregados al arte de un cantante de 82 años que ha sabido sobreponerse a varias enfermedades y que lucha contra todo, como hoy demostró sobre el escenario, en el que se emocionó, cantó, declamó y dejó que su público terminara muchas de las canciones. Los primeros gritos –“guapo”, «único”, “te queremos»– llegaron cuando Raphael apareció en el escenario, enteramente vestido de negro, como siempre hace, con el único toque brillante de las lentejuelas de su chaqueta. Una chaqueta que se quitó tras interpretar el primer tema, ‘La noche’. La dejó sobre el piano de cola y al lado de una silla sobre la que se apoyó en no pocas ocasiones y en la que se sentó para interpretar algunos temas.
Con el segundo tema dejó claras sus intenciones en una actuación en la que no habló al público, aunque tampoco hizo falta porque antes de que él hablara, los asistentes se adelantaban con sus coros y sus gritos de ánimo. “YO SIGO SIENDO AQUEL, EL MISMO, EL RAPHAEL DE SIEMPRE”, DIJO CAMBIANDO LA LETRA DE LA QUE ES SU CANCIÓN MÁS EMBLEMÁTICA.
Como siempre, dominó el escenario con veteranía y con fuerza, con una voz que a veces tronaba y a veces susurraba y que por momentos parecía perder, aunque no se fue. La orquesta, con piano de cola, violín y violonchelo, además de batería, guitarra o bajos, arropaba cada tema, a veces incluso demasiado. Y hasta se agradecieron los temas que cantó solo acompañado con una guitarra española. Ahí, entonando ‘Gracias a la vida’, el himno de Violeta Parra, fue cuando su voz sonó más clara. También se escucharon algunos de los cortes de su último disco, ‘Ayer…aún’, homenaje a grandes clásicos. Sonaron ‘Padam padam’, ‘Himno al amor’, ‘Vida en rosa’ o ‘Je Ne Regrette Rien’, cantada a dúo con Edith Piaf gracias a la tecnología y que fue uno de los momentos más bonitos de la noche. La imagen de Piaf se unió a la de Raphael en una pantalla que ocupaba todo el fondo del escenario y por la que se fueron proyectando imágenes del cantante joven, muy joven, en su época más internacional. Pero la locura se desató con sus canciones más clásicas, desde ‘Hablemos del amor’ a ‘Estuve enamorado’, ‘Cuando tú no estás’, ‘Bésame’, ‘Qué sabe nadie’, ‘En carne viva’, ‘Yo soy aquel’, ‘Escándalo’ o ‘Como yo te amo’, con la que cerró el concierto. Gran ovación y una ligera petición de bis, no muy insistente, que era evidente el cansancio del artista.
* SEGUNDO CONCIERTO (28/06/2025) *
Y el sábado 28 continuábamos la fiesta. Un buen grupo de socios pudimos darnos cita en el Hotel Rafael Atocha para almorzar y preparar los ánimos para vivir otro conciertazo en la Zarzuela. Todo como era de esperar fue espectacular.
* FOTOS DEL ALMUERZO * -------------------------------







Al llegar al Teatro de la Zarzuela se hicieron las debidas fotos de grupo para inmortalizar un momento que nos llevaríamos en el corazón para siempre.


* VÍDEOS CONCIERTO *
- FRAGMENTOS DE VARIAS CANCIONES: https://www.youtube.com/watch?v=RitWzLsy5NA
* TERCER CONCIERTO (29/06/2025) *
Y bueno, llegaba el tercer y último concierto en la Zarzuela. Otro recital que nos volvería a poner la carne de gallina y a demostrarnos por qué Raphael es tan grande. Fue otro conciertazo. Creo personalmente que el mejor de los tres, y no quiero con esto desmerecer a los otros dos en los que Raphael estuvo pletórico, pero en el tercero todo brillaba aún más. A Raphael sin duda le sientan bien los conciertos. Conforme los echa a rodar, día a día va creciéndose y por lo tanto va experimentando nuevos matices. Y nosotros estamos a lo que él quiera, porque si hubieran sido en lugar de 3, 4 ahí hubiéramos estado con él, arropándole, adorándole, queriéndole. ¡VIVA RAPHAEL!
Un buen grupo de socios volvieron a dejar inmortalizado el momento de la llegada al teatro. A pesar del calor propio de este verano intenso que ha llegado con fuerza este año nadie quería perderse la foto de familia.

* VÍDEOS CONCIERTO *
- FRAGMENTOS DE VARIAS CANCIONES: https://www.youtube.com/watch?v=YvDM4Rf5rUA
- YO SOY AQUÉL https://www.youtube.com/watch?v=faJdKLn1-S8
* VÍDEO QUE RECOGE LA SALIDA DE RAPHAEL DEL TEATRO: https://www.youtube.com/watch?v=UVGS2HjsQHo
* CRÓNICA DE UN/A RAPHAELISTA -------------------------------------------
Por Montserrat Muniente (Barcelona)
RAPHAEL, UNA LECCIÓN DE FUERZA Y HONOR Tras su concierto de Mérida, en el que comenté que su regreso no ha sido uno más: ha sido el regreso. Después de meses de incertidumbre, tras el diagnóstico de un linfoma cerebral en diciembre de 2024 que lo apartó de los escenarios, Raphaël volvía con la fuerza de los que no se rinden y la luz intacta de los que nunca se apagan.
Muchos dirán que todo ha vuelto a empezar. Pero sería quedarse cortos. Nada ha comenzado de nuevo porque, en realidad, nunca terminó.
Raphael no regresó: simplemente continúa. Como las piedras milenarias que lo rodearon esa noche en Mérida, él pertenece a la eternidad. Y la eternidad, ya lo sabemos, no conoce despedidas.
Y ¡Cómo no! La cita más esperada, sus conciertos en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, llegó con ese sentimiento de que se vivía un déjà vu, que puede interpretarse “como una señal de que estás en sintonía con tu propósito superior o camino de vida, confirmando que estás tomando decisiones alineadas con tu crecimiento espiritual”. Algunas creencias sugieren que el déjà vu puede ser “una conexión con vidas pasadas”. Otros interpretan que un déjà vu, podría ser “una señal de que estás en el camino correcto, siguiendo tu propósito o misión de vida”. ¡Pues oigan! Lo han clavado. Lean…
Teatro de la Zarzuela, 3 de noviembre de 1965 El 3 de noviembre de 1965, Raphaël dio su primer concierto en el teatro de la Zarzuela de Madrid. Se cumplirán 60 años de algo inimaginable por entonces, que este artista pionero de la música en español sentara al público para ser escuchado.
Teatro de la Zarzuela, 25, 26, 27 y 28 de junio de 2003 ¿Recordáis el fragmento de “Presumo”? “Presumo sin ambages de darme totalmente. De haber hecho en mi vida caminos al andar. Cuando sobre mi río no quedaban más puentes, he guardado mi ropa y me echado a nadar” Pues ese ha sido el camino.
Teatro de la Zarzuela, 26, 28 y 29 de junio de 2025 Y sí. Tenía que ser en este emblemático teatro en el que se le ha abrazado hasta la extenuación, de esa manera de abrazar tan especial que tiene el público para con Raphaël.
En estos tres conciertos, Raphael ha salido al escenario como un gladiador, porque sí, porque quiere y porque puede, porque necesita cantar y cantarnos, porque es feliz en las tablas, porque recibe ese alimento para el alma que son los aplausos y el cariño de su gente, de los que le descubren 60 años tarde y de los que nos rendimos a sus pies hace ya tanto como cicatrices de vida han ido surcando nuestra piel, a la vez que la suya y porque sentimos un amor apasionado y decíamos que eterno en nuestra juventud y descubrimos ahora ese amor que, con los años, se ha convertido, además de eterno, como habíamos pronosticado, en una inmensa ternura, en el que las emociones llenan de lágrimas nuestros ojos al verle en el querido escenario de La Zarzuela de nuevo, imparable, con la voz intacta por la que no quieren pasar los años, porque esa voz nos llega como el primer día a pesar del largo, duro, pero también glorioso paso del tiempo. Han sido muchas las sensaciones que se han vivido en estos tres conciertos, la que expresamos con nuestros fervorosos aplausos cuando apareció en escena, cuando escuchamos su potente voz casi como un grito que nos clava a la silla con la primera frase “Tu amor de noche me llegó” que hace que nos cruja hasta el esqueleto. Cuando le vemos cantar a dúo con su adorada Edith Piaf, ahí ya… lágrimas para que os quiero… y así con todos los temas, ya sean de su último CD “Ayer…Aún”, como todas las que nos quiso regalar, las que coreamos, las que bailamos, las que nos volvieron a emocionar y hacían que las lágrimas siguieran campando a sus anchas. Así es Raphaël, excesivo y excelente, total, único. No hay nadie, nadie ni en este mundo ni en otros, que haga lo que él hace, lo que siente y lo que nos hace sentir. Y no… no es de otro planeta, es de Linares, Jaén, Andalucía, España, Europa y pertenece al mundo.
Y ya acabo con otra frase de la misma película con la que doy título a este escrito: “Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad." La misma eternidad a la que Raphaël pertenece, por derecho, porque sí, porque quiere y porque puede. FUERZA Y HONOR, Maestro, FUERZA Y HONOR. 30 de junio de 2025
Por Fernando Alonso Barahona
RAPHAELISIMO. LA APOTEOSIS DE UN ARTISTA
Los corazones de millones de admiradores en todo el mundo se pararon el 17 de diciembre de 2024 cuando se conoció la noticia del ingreso hospitalario de Raphael . Yo tenía entradas para el gran concierto de Madrid del 20 de diciembre . Fueron días de espera, de preocupación, por fin el artista tuvo el alta en vísperas del Año Nuevo y comenzaba el tratamiento de un linfoma cerebral que por sorpresa le había asaltado en medio de una entrevista de TV. Pero Raphael es un luchador, un gladiador del arte que se puso como objetivo recuperarse y volver. Y el 15 de junio en el Teatro romano de Mérida lo hizo de modo brillante, gigantesco, espectacular. Los días 26 , 28 y 29 tres conciertos en el Teatro de la Zarzuela de Madrid dibujaban de nuevo la apoteosis del retorno, la vuelta de un artista único que inicia su gira Raphaelismo que le llevará por toda España hasta diciembre. Raphael es eterno porque su inmenso talento, su voz prodigiosa, su estilo inconfundible ha sido capaz de sonar moderno sin perder su esencia personal. Por eso su público se extiende ya por cinco generaciones, por eso Raphael era el número uno en 1966 cantando Yo soy aquel en el Festival de Eurovisión y lo sigue siendo en 2025, sesenta años después . Diríase que todo ha cambiado menos el que simplemente se ha adaptado para seguir siendo aquel (como dice la maravillosa «Yo siendo aquel»: «Sigo siendo aquel, el mismo, el Raphael de siempre«.
La primera vez que estuve en un concierto de Raphael –me llevó mi madre- fue en 1981 en el espectáculo 20 años en escena . Fue una experiencia maravillosa que se ha ido repitiendo año tras año, recitales, teatro ( Jekyll y Hyde inolvidable), 50 aniversario, 60 …. Y ahora en 2025 un espectacular Raphaelisimo en el que durante más de 100 minutos Raphael, a sus ochenta y dos años, demuestra no solo que sigue siendo aquel sino que continúa siendo el mejor, el más personal , carismático y brillante. Raphael es mucho más que un cantante, es un artista completo que junto a una voz prodigiosa interpreta en todos los registros posibles cada tema musical , Una vez más fue la gran noche de Raphael . Todas las entradas vendidas, sentimiento en la voz, música acariciando cada gesto, cada escena en ese lugar mágico que es el teatro de la Zarzuela . Famosos (Nieves Herrero. Pedro Ruiz, Rosa Valenty, Yolanda Font .….) familiares( nietos , hijos, Natalia ), políticos, artistas, jóvenes, mayores, hombres, mujeres, músicos . La entrada de Raphael, el retorno fue el inicio del espectáculo, la prodigiosa interpretación de La noche ( la noche me hacía volver, enloquecer ) , Yo sigo siendo aquel, Mi gran noche, Estuve enamorado, Cierro mis ojos ). Pero los ojos no pueden cerrarse sino contemplar a un artista único dejando su piel, su voz, su vida en cada canción en un escenario que domina a la perfección. Músicos espléndidos, sonido perfecto, y una puesta en escena sencilla porque en un escenario donde está Raphael no hacen falta efectos, ni teloneros, ni nada más que su propia presencia. La combinación de canciones resultó perfecta, el bellísimo y sereno Amo, el tango de Malena, el dramático Amor mío. Canciones de amor, de desamor, de drama y de alegría ( Estar enamorado que enardecía a la gente que coreaba el estribillo ). No hay límites para Raphael , las canciones de su nuevo disco Ayer, Aun, homenaje a la música francesa con el alegre Padam Padam , La vida en rosa, Himno al amor y el emblemático Je ne regrette rien en duo con la imagen de la gran Edith Piaf.
Digan lo que digan, Cuando tu no estás- una de las máximas joyas de la corona raphaelista- o la bellísima Desde aquel día . Todas ellas canciones de los años sesenta del siglo XX, obra del genial Manuel Alejandro , que nos hablan y demuestran la inmensa calidad y el nivel de la canción española de aquellas décadas. Manuel Martos, el hijo de Raphael, ha sido uno de los artífices de que la misma canción suene actual en el siglo XXI. Claro que no hubiese sido posible sin la voz ni el carisma de Raphael. El mismo y nuevo, igual y diferente. Es la magia del artista. Llega la apoteosis, si es que se puede hablar de tal cuando todo el concierto es una pura apoteosis : Hablemos del amor , Bésame , En carne viva ( una absoluta obra maestra), Qué sabe nadie ( toda una declaración personal de principios y de vida), una increíble Gracias a la vida que Raphael hace suya acariciando cada línea, cada nota (Gracias a la vida que me ha dado tanto….) El instante mágico de Yo soy aquel hay que sentirlo en directo. Las pantallas reflejan diversos instantes de los más de 60 años de la carrera de Raphael , los nuevos arreglos de la mítica canción son espectaculares y cuando el artista arranca a cantar el público se ha fundido ya con la melodía que se ha convertido en himno. (El que te espera, el que te sueña, aquel que reza cada noche por tu amor…) Al igual que Como yo te amo – desgarrada en carne viva y a viva voz – o la mítica Escandalo que sirven de final, es decir, de principio. Es evidente que Raphael ha vencido al tiempo y ha sido capaz de reinventarse –aun siguiendo siendo aquel– en los últimos años hasta el punto de convertirse en un artista de moda permanente al que todos deben escuchar y ver en sus conciertos. Raphael es hoy – una vez más- el milagro de la comunicación, de una voz prodigiosa en plena forma, de la magia, de la personalidad en un escenario. Y del valor para seguir adelante, para vencer las dificultades, para entregarse a su arte y a su público. Raphael ; 335 discos de Oro, 50 de Platino y uno de Uranio . Y en 2025 suma el galardón de Persona del Año por la Academia Latina de la Grabación, ( Grammy Latinos). Pero sobre todo su familia, sus admiradores, su arte, su voz. La noche del 26 de junio de 2025 es – una vez más – la noche prodigiosa del artista de la canción más grande que ha existido. Digan lo que digan los demás.
Todos los corazones creo que se han puesto de acuerdo en latir y sentir al mismo ritmo y con el mismo sentimiento durante estas tres jornadas maravillosas. Han sido 3 conciertos de antología de un artista titánico que no podría pasar ni un minuto sin cantar. Que continúe la gira "RAPHAELÍSIMO" por el resto de ciudades españolas. Raphael tiene mucho que ofrecer y nosotros mucha magia que recibir. Genio, contigo hasta el infinito y más allá.

DANIEL MARTÍN
Edited by - Daniel on 01/07/2025 20:09:48
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maricarmenvkas
SuperRaphaelista
    
Spain
Posts 12962 |
Posted - 01/07/2025 : 23:06:50
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TRABAJAZO DANY !!!!
UFFFF TODO LO QUE HAS PODIDO METER AQUÍ DE ESTOS TRES DÍAS MARAVILLOSOS PARA TODOS !!!!
QUE BIEN DOCUMENTADO TODO Y QUE MARAVILLA !!!
AQUÍ SE NOS QUEDA PARA SIEMPRE RECOGIDO DANIEL. GRACIAS, MUCHAS GRACIAS !!!
MARICARMEN.

MARICARMEN GONZALEZ.
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Nibia Diaz
SuperRaphaelista
    
Uruguay
Posts 4200 |
Posted - 02/07/2025 : 02:35:43
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Como siempre Dani atento a todo para informar . Más imposible !!! Te has pasado trabajando para Mostrarnos todo!!!! Mil gracias !!!!

Nibia D?az
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