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 PROMOCIÓN ÁLBUM - RAPHAEL "AYER...AÚN" (1ª PARTE)

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T O P I C      R E V I E W
Daniel Posted - 21/11/2024 : 13:54:35
Amigos, desde hoy (21/11/2024) Raphael ha comenzado la promoción de su nuevo trabajo "Ayer...aún" que estará a la venta desde mañana, día 22 de noviembre. Este trabajo seguro que nos va a dar las mayores alegrías.

Poco a poco irán apareciendo imágenes de entrevistas que conceda a diferentes medios de comunicación, y por supuesto las iremos poniendo por aquí para tener nuestro espacio siempre con las últimas novedades.














* ENTREVISTAS *














* EL INDEPENDIENTE *


Vídeo entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=hrB6rz3cMNU&t=89s


Entrevista escrita:


Raphael: "Estoy cantando para cinco generaciones".
El legendario artista publica 'Ayer... aún', álbum en el que regresa a uno de sus primeros registros, el de la canción francesa, dueto con Édith Piaf incluido.


Raphael, fotografiado este jueves en Madrid. | Israel Cánovas

Borja Martínez
@BorjaMzGz
22 / 11 / 2024 - 00: 05


Raphael no está resfriado. Debe de ser el único en España. Lleva un precioso traje azul, un fino jersey rojo de cuello vuelto de Emporio Armani y sus habituales botines de cuero. Está muy guapo, se lo decimos, pero ni se inmuta. Una asistente le acaba de retocar un maquillaje sutil que acompaña más que enmascara sus espléndidos 81 años. Lo de los años espléndidos se solía decir de las señoras, pero está claro que ya no solo.

Estamos en la sede madrileña de Universal Music para hablar con él de su nuevo disco, Ayer... aún, retorno a la canción francesa de quien comenzó en esto de la música hace más de 60 años siendo un poco francés aunque hubiera nacido en Linares. Lo parecía por la voz, por el ademán, por el estilo, y también por muchas de sus primeras canciones, adaptaciones de éxitos en francés. Cuenta Raphael que un día Charles Aznavour le dijo "bienvenido al club"; el "selecto club de la canción francesa" al que pertenecían él, Jacques Brel o Yves Montand. Hasta ese punto llegó la identificación de Raphael con ese universo musical e interpretativo al que ahora vuelve.

Este anodino edificio de oficinas se levanta en la parcela de la calle Torrelaguna donde estuvo Hispavox. Aquí estaban la sede, la fábrica, el almacén y los estudios donde grabaron todos, también Raphael, antes de que a mediados de los 80 el célebre sello desapareciera integrado en la multinacional EMI, y diez años después sus instalaciones.

"Aquí me he pasado la vida. Hispavox fue mi tercera casa de discos. La primera fue Philips, que estaba en el Paseo de las Delicias, con aquel estudio que parecía una plaza de toros. Luego me compró Barclay, en París, y a Barclay me compró Hispavox", recuerda sin ápice de nostalgia.

"Yo estaba acostumbrado a tener 100 músicos de orquesta, en estudios enormes como el que había aquí, y de pronto los estudios comenzaron a ser muy chiquitos. A ti te metían en una habitación y había una trompeta al otro lado de un cristal. Es una forma de trabajar muy diferente, pero ya me he acostumbrado", explica. Ayer... aún se ha grabado de esta manera, el acordeón en París, la orquesta en Bratislava y Raphael en todas partes a las órdenes de Jacobo Calderón –"el fantástico Jacobo Calderón", subraya el cantante–, hijo del legendario Juan Carlos Calderón y su arreglista de confianza en los últimos tiempos.


Pregunta.- ¿Por qué esta vuelta al registro francés?

Respuesta.- Esto es algo que yo me debía a mí mismo desde hace muchos años. Extrañamente, mis primeros éxitos, aparte de las canciones de Manuel Alejandro, fueron canciones francesas traducidas. Temas como "Le toreador" o "La mamma", de Aznavour, o "Mi gran noche", que la tienes en todos los estadios cada vez que gana España. "Ma vie", que fue mi disco más vendido en esos tiempos, era una canción de Alain Barrière traducida para que yo la cantara. Y antes de volver a grabarla para este álbum yo ya había cantado "Et maintenant" de Bécaud. He cantado mucha canción francesa, pero de mi ídolo, de la enorme y maravillosa Édith Piaf, yo no tenía nada, y es por eso que tengo este dueto con ella.

"Yo siempre hago lo que quiero hacer"
En efecto, los ingenieros de sonido se las han arreglado para que Raphael pueda cantar "Je ne regrette rien" con la Piaf y que suene como si estuvieran juntos en el estudio. "Y es muy emotivo. Yo he hecho esto antes con Carlos Gardel, y con Rocío [Jurado], con quien grabé muchas veces en vida, pero una vez que ya no estaba seguí grabando con ella. Porque yo siempre hago lo que quiero hacer, y si a mí me apetece cantar con Rocío, elijo una canción y la canto con ella", sentencia.

Raphael profesa una gran admiración hacia Édith Piaf, pero tiene además cierta "historieta" con ella. "Nunca nos conocimos, pero siempre anduvimos persiguiéndonos. A mí se me contrató para abrir un espectáculo suyo en Valencia, no recuerdo si en el Parador del Tró o en el Parador del Foc. Pero en el cartel yo todavía estaba anunciado sin la ph, Rafael con f. Piaf se puso enferma y nos mandaron a Juliette Gréco. Años después, cuando mi carrera empezaba a despegar, me llamó el empresario del Teatro Olympia de París, Bruno Coquatrix, y firmé un contrato". Por fin iba a coincidir con Piaf en un escenario. "Pero tres meses antes se muere. Yo llegué al Olympia y ella ya no estaba ya. Así que esta ocasión ya no he querido desaprovecharla".

P.- Hace pocos días, Manuel Alejandro, que tantas canciones te ha escrito, te describía en una entrevista como "una mezcla de Gilbert Bécaud, Juanita Reina y Domenico Modugno".

R.- Está bien visto, sí... pero depurado (ríe). Si lo dice Manolo será cierto, él entiende mucho de esto. Pero yo creo que nunca me he parecido a nadie. Por lo menos, que yo haya intentado parecerme a alguien, nunca. Yo salí a la palestra con una forma de hacer totalmente innovadora, que no tenía nada que ver con todo lo que se había visto.

P.- En las grabaciones de televisión de la época se advierte ese aire de familia con la música francesa, pero también esa condición única tuya, esa manera apasionada de interpretar y sobre todo de mirar a la cámara. Se ha dicho mucho de tu gestualidad pero se habla poco de esa mirada.

R.- Lo de mirar a la cámara te voy a decir por qué lo hacía, y lo sigo haciendo. En mi primera gira por América, cuando "Yo soy aquel" ya había tenido éxito pero mis demás canciones todavía no se conocían, los productores de televisión se reunían conmigo antes de las actuaciones para preguntarme, ¿cómo te retratamos, cómo hacemos el programa? Eres muy especial cantando y actuando y no nos sabemos las canciones, ordénanos. Y yo no sé a quién se le ocurrió decir que mirara a la cámara para darles una idea de dónde quería que me pincharan. Y eso se quedó tan arraigado en América que desde entonces a los artistas, a compañeros míos, les preguntaban, cómo lo hacemos, a nuestra manera o a lo Raphael, mirando a cámara?

P.- Con esa mirada debió de resultar fácil dar el salto al cine.

R.- Ahí ya estaban las órdenes del director. Por ejemplo, el lado desde el que siempre se me retrata es resultado de un comentario y una orden de Mario Camus [con él rodó Cuando tú no estás (1966), Al ponerse el sol (1967) y Digan lo que digan (1968)]. Camus me dijo: Raphael, tu lado, donde tú impresionas, es este [el izquierdo], que no te lo cambien. Y yo, a la orden, jefe. Y procuro que sea así.


Raphael incombustible.

Raphael es, probablemente, el único artista de su generación que sigue actuando de manera intensiva, encadenando giras de conciertos que frisan las tres horas, y no precisamente en holograma. "Ah, no, eso no... Aunque estuve en Londres viendo lo de ABBA y es maravilloso", confiesa sobre el espectáculo virtual de la banda sueca. "Llega un momento que es todo tan emotivo que crees que están ahi".

Para Raphael "toda su vida es su escenario", dice Manuel Alejandro, y él lo corrobora. "Llevo una vida muy traqueteada", reconoce relajado, con la tensión baja del samurái que reserva todas sus energías para el combate. En febrero se va a América de gira (arranca el 28 de febrero en Washington), pero antes tiene todavía unas cuantas fechas en España con su tour Victoria: el 30 de noviembre en La Coruña, cuatro noches en Sevilla (6, 7, 13 y 14 de diciembre) y dos WiZink antes de Navidad (20 y 21 de diciembre).

El empeño de Raphael por seguir trabajando es posible porque el público acompaña. Y en su caso gracias a un asombroso y poco común recambio generacional.

"Yo tengo mucho público joven, y la enorme suerte de haberme dado cuenta, porque así lo disfruto más. Fue hace como seis o siete años, cuando yo estaba haciendo Sinphónico y Resinphonico. Empecé a notar que el público había variado muchísimo. Había más, pero es que era de todas las edades. Estoy cantando para cinco generaciones. Es una barbaridad. Y lo han conseguido en los hogares. Yo me imagino a los chicos de 14, 15 años y que el padre les dice, oye, ¿tú has visto a Raphael? Pues si puedes, vete a verlo. Son los mismos padres que son fans los que hacen a su hijos. Porque, si no, ¿de qué tanta gente joven?".

P.- ¿Cómo vas a incorporar este disco a tu espectáculo?

R.- (Silencio) Surprise... No puedo decirte. Todavía estoy trabajando en ello y no está decidido. Estoy refinándolo. Pero se va a saber ya muy pronto.

P.- ¿Y va a haber especial de navidad de Raphael?

En cierta manera, sí. En cierta manera. Es todo lo que te puedo decir (risas). Lo que pasa es que será un día más tarde de lo que yo acostumbro. Surprise...


















* LA VANGUARDIA *


El mito de la canción publica 'Ayer... aún', un álbum de homenaje a la 'chanson' francesa en el que se marca un dúo con Édith Piaf gracias a la tecnología.


Raphael fotografiado hoy en la sede de la discográfica Universal Music en Madrid Jesús Hellín / STUDIOMEDIA19


Justo Barranco

Madrid

21/11/2024 19:05 Actualizado a 21/11/2024 20:23

Raphael regresa. Apenas dos años después de lanzar su álbum Victoria, compuesto por Pablo López, con el que aún está en gira, presenta su disco número 86. “Algunos años sacaba hasta tres discos cuando hacía películas”, recuerda. Un álbum titulado Ayer... aún, como la canción de Charles Aznavour. Un álbum en español dedicado a la chanson francesa, que, dice, siempre fue lo suyo junto con la canción española. Trece temas de Aznavour, Gilbert Bécaud, Jacques Brel y... Édith Piaf, con la que estuvo a punto de encontrarse en dos ocasiones y finalmente no sucedió. Ahora se resarce: gracias a la tecnología canta su Je ne regrette rien a dúo con el gorrión de París.

Ha elegido para Ayer... aún una portada rotunda, con usted de pie mirando pensativo al frente. ¿Esto es una afirmación?

Sí. A mí me salen las cosas hasta sin querer. Es muy este disco. Porque estoy haciendo una cosa que era lo que yo tendría que haber hecho lo primero, grabar estos temas. Yo estaba en un coro de niño. Cuando dejé de ser niño y ya no cantaba en el coro, mis canciones, como español de a pie, eran todas estas canciones. Y mis ídolos eran Gilbert Bécaud, Juliette Gréco, Aznavour, Brel, Yves Montand. Eso y la canción española, que no tienen nada que ver. Esos eran mis gustos. Pero cuando empieza a saberse que voy a grabar, se buscó que grabara cosas nuevas. Y ahí surge Manuel Alejandro. Pero en realidad lo que hubiera podido ser es que yo hubiera dicho que quería grabar estas cosas. Porque era mi música. Igual que la canción española hubiera sido una salida para mí. Que la hice en el año 90, en un disco que se llama Andaluz. Ha pasado el tiempo y tenía esta deuda. Y más cuando en mi carrera se habían sucedido las anécdotas con la canción y las estrellas francesas.

Horizontal
Raphael junto a la cubierta de su nuevo disco, 'Ayer... aún', homenaje a la 'chanson' Jesús Hellín / STUDIOMEDIA19
¿A qué anécdotas se refiere?

A Édith Piaf. Se me contrata para ir a Valencia a ser telonero de Édith Piaf. Tenían en Valencia en las Fallas el Parador del foc y el Parador del tro, que eran rivales. Y llevaban a los mejores artistas de Europa, Marlene Dietrich, Johnny Hallyday, Sylvie Vartan. Pero Piaf se pone enferma y envían a Juliette Gréco con Michel Piccoli, que era su marido. Mi carrera sigue. Me contratan para el Olympia de París. Y ahí estaba Piaf. Y tres meses antes de ir se muere. Y la canción francesa la he ido trabajando, he grabado grandes éxitos en español, como Ma vie o My way, A mi manera, que es de Claude François en realidad, se titulaba Comme d'habitude, también El toreador de Aznavour, Et maintenant de Bécaud. Y fui amigo de Aznavour, de Bécaud, de Claude François. Pero no hacía nunca un disco entero de la música de Francia. Pues ahora.

¿Qué une el estilo Raphael con la 'chanson' francesa? ¿En qué encajan?

En el temperamento. Y es feo que yo me compare, pero soy muy Bécaud. Mi voz es mejor, pero Bécaud es un artista como la catedral de Burgos. Todo arte. Como Aznavour que te dibuja La bohème, la canta, la dibuja y la pinta. Francia es muy mía. No es rock, que me pueda sentir desubicado. Al revés, estoy muy en el papel.

¿Cómo es el estilo Raphael?

Raphael es Raphael. Tiene una voz que no está mal, sobre todo el color, abarca muchas tonalidades. Si canta las canciones románticas con una vocecita bajita es mucho más agradable todavía que cuando dice Qué sabe nadie y otras cosas que son más bravías. Raphael es así. Es tierno y es bravío, exagerado.

Tanto que usted está aún en la gira de su álbum 'Victoria' pero ya está presentando nuevo disco y habrá otra gira. ¿Raphael es un joven de 81 años?

De 81 sí, pero de joven no lo sé. En los papeles no lo dice. Pero estoy muy bien. Si no, no me atrevería a hacer estas giras que me marco. Pero de todas maneras son más cortas en el tiempo. Vuelvo antes a casa. En mi viaje a América, en vez de estar todo el año, estoy un mes y vuelvo. A los tres meses vuelvo, otro mes y vuelvo. Lo divido más. Viajo más, pero menos tiempo.

“Lo que he hecho con Édith Piaf ya lo había hecho con Rocío. Cuando se me murió, seguí grabando ya no estando ella”
¿El dúo con Édith Piaf ha sido la guinda del disco?

Sí, es lo que me decidió. Están las canciones cumbre, Ne me quitte pas, Et maintenant, La vie en rose, con el agravante, con el empuje, de Je ne regrette rien, que por fin hemos salido a cantar juntos gracias a la técnica. Esto ya lo hacía yo con Rocío Jurado. Había grabado mucho con Rocío, muchas canciones juntos. Pero cuando se me murió seguí grabando ya no estando ella. Es como ya una costumbre. Nos entendíamos muy bien.

'Je ne regrette rien'..., ¿realmente Raphael no lamenta nada?

El pasado pasó. Nada que lamentar, la verdad. Por supuesto habré hecho cosas que no están bien, pero tampoco ha sido para tanto. Ni en el buen sentido ni en el malo. Hombre, tampoco es para matarme. Yo estoy contento de mi carrera. Creo que he hecho una carrera fantástica. Me queda todavía mucho que dar y estoy dispuesto a hacerlo. siempre tratando de sorprender al público un poquito dentro de lo que yo puedo sorprender. La gente me conoce muy bien. Creo que mi sitio es este y voy a seguir ahí.

La mayoría de los temas del disco son de amor y de desamor. ¿Es su tema eterno?

Sí. Es que cantar a las cabras yo no sé. Sé qué es lo más recurrente, pero también es difícil. Porque cantar al amor y no ser cursi... hay quien el amor lo reviste de... y de eso hay que huir también. Las cosas hay que hacerlas bien en su justa medida. Ni poco ni demasiado.

¿Por qué 'Ayer... aún' es el título del álbum y no 'Je ne regrette rien'?

Es la canción de Aznavour. La juventud todavía. Me retrata perfectamente, la fuerza que yo tengo, justamente con 81 años. El ayer, la juventud. Se podría llamar La juventud a los 81.

“Hay que aprender trucos para seguir estando bien sin ser joven. Lo principal es que tú creas que eres joven”
¿Usted se parece al hombre que retrata ese tema, altivo, algo vanidoso en la juventud?

Qué joven no lo es. La juventud tiene eso, tienen fuerza. Y como tienen fuerza se creen lo que son de verdad, los amos del cotarro. Pero luego hay que aprender trucos para seguir estando bien sin ser joven. Lo principal es que tú creas que eres joven. Y que tengas fuerza, que no estés enfermo, claro.

Es una canción que habla también de haber o no aprovechado la vida.

Creo que sí he sabido aprovecharla y se me han dado las cosas mejor hasta sin darme cuenta. Porque a veces he tenido que decidir cosas y afortunadamente he decidido el camino bueno. Yo podría haber salido por muchos sitios. Un chico que a los 19 o 20 años era quien era ya y que se puede volver un ********** de tomo y lomo. No, no ha pasado, he sido normal, en mis cosas, aprendiendo, con una familia normal.

Mi juventud fue muy dura. Tenga en cuenta que yo partía de cero. Pero se fueron dando las cosas y llegué adonde llegué. Naturalmente porque tenía la garganta que tenía. Recuerdo perfectamente cuánto canté de pequeño, porque en el coro cantábamos todos los días y los domingos tres veces, como digo yo, por las misas que hacía. Pero yo no soñaba por ser cantante, yo quería ser artista. Yo quería ser actor, ese deseo lo tuve desde los 12 años que yo fui a ver a la compañía segunda del Teatro Español en un entoldado en Cuatro Caminos donde yo vivía. Vi La vida es sueño por la compañía B de la Español. Y yo ahí salí convencidísimo de que iba a ser de los que estaban en el escenario, no de los que estaban mirando.

No se me había ocurrido cantar, pero como cantaba en la iglesia todos los domingos, y ensayábamos en el coro todos los días, la gente que me buscaba, me buscaba para que cantara. Y cuando se me ofreció cine, era cantando. Yo quería ser artista, pero lo que se me ofrecía era seguir como venía, cantando. Y todas esas oportunidades que se me brindaron, empecé a aprovecharlas. 'Tú lo que tienes que hacer es ir a una academia que te encuadre más tu voz para que pases el cambio de voz bien'. Pues me fui a una academia y cantaba todos los días. Empecé a concursar en las radios por teléfono, el programa se llamaba Conozca usted a sus vecinos y el premio era un bote de Cola-Cao y 100 pesetas. Y de pronto sale la oportunidad de ir a Benidorm. Lo gané. Todo fue así, pero muy rápido. Más rápido que en lo que lo he contado. De pronto me encontré en el Olympia, contratado por Barclay. Y de pronto Mario Camus se interesa en hacer una película con este chiquito que ha visto.

Le quería preguntar para acabar por el momento que vivimos. ¿Usted es de los que están preocupados por la victoria de Donald Trump?

Yo más que por eso estoy muy preocupado por la situación del planeta. Eso es lo que de verdad me preocupa. Lo otro también. Pero el planeta... está descuajeringado. Y lo peor es que la gente... Hay quienes lo niegan: '¡Qué tontería es eso!'. El agua del mar está caliente. Me da mucha rabia que lo nieguen. A la gente le gusta ser muda, ciega y sorda. 'No me quiero enterar'. Eso no es manera, porque luego nos va a caer todo encima. Todo. Y Trump va a ser un chiste al lado de esto.
















* LA RAZÓN *


Raphael: «No me arrepiento de nada; lo hecho, bien hecho está»

El cantante publica un nuevo trabajo: «Ayer... aún», un disco de homenaje a la «chanson»

Raphael: “Una cosa es el artista y otra su obra. ¿Quiénes somos para juzgar moralmente a nadie?”


Entrevista con el cantante Raphael, que publica ‘Ayer... Aún’, su octogésimo sexto disco, grabado en París, un homenaje a la canción francesa y a sus grandes ídolos: © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 21/11/2024.


Ulises Fuente.
Creada: 22.11.2024 00:47
Última actualización: 22.11.2024 10:49


Pocas cosas como una canción desatan el efecto proustiano de los recuerdos, nada como una progresión de acordes o una escalera de notas para acceder al sótano o a la buhardilla de la memoria. Eso le sucede a Raphael, que proclama orgulloso: «Este debería haber sido mi primer disco», cuando sostiene en sus manos las trece canciones de «Ayer... aún», el trabajo que publica esta semana a los 81 años. Lo dice porque la «chanson» francesa fue su primer deslumbramiento musical y así nos vamos con él hacia el barrio de Cuatro Caminos de Madrid, digamos, hace unas siete décadas.

«Tendría 12 o 13 años, y lo que yo cantaba era esto todo el rato. Era un fanático de artistas como Becaud, Aznavour, Brel, Piaf, Grecó... de todos. Me encantaban. Fueron las canciones que yo defendía cuando iba a los concursos de la radio», dice mirando de frente, con traje y jersey de cuello de cisne, como es menester si nos remitimos a la «nouvelle vague» musical. Los primeros recuerdos melódicos de Raphael hay que buscarlos en Lola Flores, Juanita Reina, Concha Piquer... y, por supuesto, en el coro de la iglesia donde su hermano le apuntó. Solo tenía cuatro años y en el barrio le conocía todo el mundo. No en vano, era la estrella de las misas de doce los domingos, solista en el infalible evento social de aquella España de los 50. «Pero acabé realmente cansado de cantar –dice Raphael–. Un día vino a mi barrio la segunda compañía del Teatro Español, que trabajaba en un ‘‘entoldao’’, como una carpa con sillas, de gira por los barrios de Madrid, montando funciones. Allí estaban Anastasio Alemán y Josita Hernán, y fui a ver “La vida es sueño” de niño. Y decidí que yo sería de los que están arriba del escenario, no abajo. Pero no era cantante lo que quería ser, sino artista, en general», dice con un brillo infantil en los ojos. Quedó enganchado al pellizco del directo. «Pasamos unas cuantas penurias, pero la vida en Madrid era muy simpática –dice–. Cada noche, yo caminaba desde Alvarado hasta Gran Vía. Porque ahí es donde estaba todo. Solía, de crío, ir al teatro solo, con dos narices. Y me dejaban entrar todos los porteros. Sí, porque me conocían. ‘‘¿Otra vez por aquí? Anda, pasa’’, me decían. Iba a ver de todo. Teatro, mucho folclore, como Pilar López, que era una bailarina impresionante. Manolo Caracol y a su hija, que suplió a Lola Flores... Y ya empecé a soñar con el Teatro Calderón, con el Olympia...». Raphael se refiere a su antológica actuación en el teatro parisino en 1967. «Antes de aquello, se suponía que iba a cantar con Edith Piaf una noche en Valencia, pero se puso enferma. Después, meses antes de mi llegada al Olympia, falleció», dice el de Linares.


El ayer es todavía.

En este nuevo trabajo, ha podido cantar con «madame Piaf». El trabajo incluye una versión de «Je ne regrette rien» cantada a dúo con la ayuda de la tecnología. «Sentí una cosa extrañísima, como cuando grabé una canción con Rocío; ya había grabado antes muchas veces, pero ella ya no estaba», relata. Raphael salda, pues,una deuda con su pasado con este disco. Con su afición por la canción francesa, por el encuentro nunca llevado a cabo con la Piaf, aunque sí llegó a conocer a sus ídolos. «Sí, porque yo llegué a ser amigo de todos ellos. De Grecó, de Aznavour, de Montand... con todos tuve relación». Entonces, ¿no se arrepiente de nada, como dice el título de ese himno? «De nada. Lo hecho, bien hecho está». Hemos hablado mucho del pasado... «y yo no soy una persona nostálgica –interrumpe–. Tengo mucho que contar todavía». Bueno, en algo habrá cambiado. «Yo diría que siempre he sido el mismo, que no he cambiado nada, pero habrá gente a mi lado que me diga que me equivoco». Bueno, como dice el título de su disco, el ayer es todavía. «No han tirado ninguno de mis recuerdos de niño, salvo los cines. La iglesia sigue donde estaba, mi colegio también. Todo sigue en su sitio. No soy de echar la vista atrás, lo hago por estas canciones. Me hacen acordarme de que Madrid era muy simpático. Madrid es maravilloso. Bueno, que nadie se enfade, España también».


Seis conciertos por delante.

A sus 81 años, Miguel Rafael Martos ya tiene un detector cuando la conversación deriva hacia el tema recurrente. «Me vas a preguntar que si me voy a retirar, ¿no?», suelta quince segundos antes de que la cuestión, es cierto, vaya a verbalizarse. «Pues no. No podría. Soy consciente de que tendré que hacerlo, pero mientras la voz esté aquí –se señala la garganta–, no pienso. Por mi felicidad. No entendería mi vida. ¿Qué hago todo el día?». Raphael tiene en el calendario seis noches en rojo durante diciembre: cuatro en Sevilla (6, 7, 13 y 14, Fibes) y dos en Madrid (20 y 21, WiZink Center) en los que celebra 60 años subido en un escenario. «Y ya estoy pensando en lo que viene en mayo. Serán estas nuevas canciones y algunos de los clásicos que no puedo dejar de cantar, porque no me lo permiten». Va a tener que actuar cuatro horas. «No, eso no. Algo tendré que sacar, porque si no, me vuelvo insoportable», ríe como un niño.













* EL PAÍS *


Raphael: “Hoy todo es más difícil para los jóvenes. Los sueldos no llegan”.
El cantante publica ‘Ayer... Aún’, su octogésimo sexto disco, grabado en París, un homenaje a la canción francesa y a sus grandes ídolos: Piaf, Aznavour, Bécaud, Brel… “No puede haber sucesor. Habrá otros, pero Raphael solo hay uno”, dice.



El cantante Raphael, el 18 de noviembre en Madrid.
Samuel Sánchez

https://elpais.com/cultura/2024-11-21/raphael-hoy-todo-es-mas-dificil-para-los-jovenes-los-sueldos-no-llegan.html (NO ES POSIBLE EL ACCESO AL CONTENIDO COMPLETO DE LA NOTICIA SI NO ERES SUSCRIPTOR)














* EL PERIÓDICO *

Raphael: "Hacer una gira de despedida sería demasiado sufrimiento, como suicidarme cada noche".
El incombustible cantante de Linares publica una colección de versiones de canciones clásicas de la 'chanson' al tiempo que empalma una gira con otra.


Miguel Rafael Martos Sánchez, más conocido como Raphael, durante la presentación de su álbum ‘Ayer... aún’, en las oficinas de Universal, este 22 de noviembre en Madrid. / Jesús Hellín / Europa Press.

https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20241122/raphael-entrevista-nuevo-disco-ayer-aun-edith-piaf-111931688 (NO ES POSIBLE EL ACCESO AL CONTENIDO COMPLETO DE LA NOTICIA SI NO ERES SUSCRIPTOR)












* EL CORREO DE ANDALUCÍA (21/11/2024) *

“Hoy tienes un éxito y al año siguiente nadie se acuerda de ti".

Pepe Luis Vázquez
Madrid 24 NOV 2024 7:00 Actualizada 24 NOV 2024 12:21

Madrid. Jueves 21 de noviembre. Sede de la compañía Universal. A las 14:00, en el descansillo de una segunda planta, se percibe su voz: pausada, frágil, inconfundible. Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, 5 de mayo de 1943) lleva sentado en una silla desde las 9:30. Promociona el último disco de Raphael -“Ayer… aún”- en un junk de entrevistas con una lista interminable de periodistas. Somos los últimos en llegar. Dejamos de escucharle y, al rato, a lo lejos, aparece de pie. Sonriente. Con traje azul y jersey rojo de cuello vuelto. “Ya podéis pasar”, nos invitan desde su equipo. Atravesamos una puerta de cristal.

PREGUNTA. ¿Cómo nos dirigimos?

RESPUESTA. ¿Perdón?

P. ¿De usted o de tú?

R. ¡Por favor! De tú, de tú.

Los pocos que sí le conocen nos advierten que es escurridizo con la prensa. No le gustan los interrogatorios en profundidad. Tan sólo se explaya cuando toca hablar de su mundo: el artisteo. Antes de poner en marcha la grabadora, se recrea con anécdotas de antaño. “A Pastora Imperio me la llevé a un programa de televisión. Ya no bailaba, pero alzó los brazos y fue maravilloso”. Para cantar su verdad se refugia en las canciones, pétalos de su vida. Lo demás permanece enfrascado en un hombre de talla menuda, al que se le notan los 81 años; de carácter correctísimo -exquisitas la educación y la simpatía- y algo introvertido. Nada que ver con el temperamento del cantante sempiterno que, hoy… aún, sigue de gira. Próximamente, en Sevilla, con un ramillete de conciertos en el auditorio de Fibes.

Rafael Martos es un misterio fútil. Empoderado el personaje, corriente la persona. El vuelo de su carrera no tiene más enigma que un tesón que roza el delirio. Todo cobra sentido sobre las tablas. En su cuna, por más que indaguemos, no encontramos más que cuatro estrellas -su mujer y sus tres hijos- y los recuerdos de un andaluz universal que lleva en Madrid desde los nueve meses, que antes incluso de hablar empezó a cantar, en un coro religioso de voces angelicales, y que aprendió a volar con los aromas musicales de España y de Francia. De ahí el último álbum, número 86, un homenaje a sus ídolos de juventud: Becaud, Brend, Aznavour, Montand y, en la cúspide, madame Piaf.

P. ¿Vous parlez français?

R. No.

P. ¿Un petit peu?

R. Un petit. Vamos, lo puedo entender. Lo canto bastante bien.

P. Ya he visto algún concierto suyo en el Olympia de París.

R. ¡Sí, sí!

P. El nuevo disco se llama “Ayer… aún”. Con su permiso, vamos a encender el gramófono de la infancia.

R. ¿De mi infancia?

P. Empezó a cantar con dos, tres…

R. Cuatro años.

P. ¿Recuerda la primera canción que cantó?

R. No. Eran canciones de coro. A los cuatro años se me hizo una prueba porque mi hermano, mayor que yo, iba a un colegio de los Padres Capuchinos y les faltaba la voz primera del coro, había pasado algo. Entonces, al que se ocupaba del coro, que era un fraile, músico, mi hermano le dijo: “Yo tengo un hermanito que canta muy bien, tiene una voz muy aguda”. Y le preguntaron qué años tenía. Él decía: “Es muy chico, tiene cuatro años”. El fraile le respondió: “Tráemelo, tráemelo”. Entré y no salí hasta los diez años.

P. ¿El ruiseñor de Linares traía de fábrica los soniquetes de la canción francesa?

R. Sí, pero tampoco sabría decir cuándo empezó [ese estilo]. Cuando salí del colegio entró en mi mentalidad y en todo mi ser esos gustos míos musicales, que no tenían nada que ver con las canciones de coro de una iglesia. Entonces, me gustaba mucho la canción española. Mucho. Por eso tengo un disco que se llama Andaluz, donde canté todo lo de Rafael de León. Lo hice en los noventa. Y las canciones francesas empecé a escucharlas al participar en concursos de radio que se hacían, donde usé esas canciones porque me encantaban.

Empecé a tener como ídolos a Aznavour, Becaud, Brend, Yves Montand, a toda la plana mayor y, sobre todas las cosas, a Piaf. Una vez que estoy en el artisteo, un día, me contratan en Valencia para abrir un concierto a madame Piaf por las Fallas. Fui, ella no. Se había puesto enferma.

A mí se me quedó lo de Piaf y cuando fui al Olympia, yo soñaba con ir al Olympia para invitarla a cantar conmigo, ya se había muerto… Todas esas cosas son las que se han ido desencadenando hasta terminar aquí.

P. Ya que me ha mencionado el coro de la Iglesia: Manuel Alejandro dice de usted que tiene “austeridad franciscana”.

R. Tiene razón en cosas, en cosas… En cómo me tomo mi carrera, en cómo preparo mis cosas de trabajo. Él lo sabe muy bien.

P. Desde luego, en aquellos inicios, fe no le faltó, porque le costó muchísimo salir. Cito unos versos que Manuel Alejandro pone en su boca: “Imité el esfuerzo, la constancia de las olas, que desgastan a las rocas, siendo agua… nada más”. ¿Por qué fue tan difícil?

R. Es que yo creo, con permiso de Manolo, que tiene que ser así. Debe de ser así. No se puede lo que ocurre en la actualidad: que grabas un disco, es un éxito y al año siguiente ni existes ni nadie se acuerda de ti. Porque todo es lo mismo. Una cosa que el año pasado fue de… “uy”, al año siguiente ya ni está, ni se le espera. Es tremendo.

Creo que para llegar a ser alguien en esto hay que tener una cosa que tenemos los andaluces que es solera. Tenemos que tener mucha historia para poder explicársela al público en forma de canción. Es lo que hace Manolo con sus canciones: tirar de su historia. Y yo, a la hora de cantar, tirar de la mía. Eso no se hace en un año. Ten en cuenta que cuando yo salí, para la gente era un ser que movía las manos, ¡cómo podía ser! Peeero… les gustaba mucho.

P. Antes del estrellato, tocabais en bares de prostitutas.

R. ¡No, no! Él [Manuel Alejandro] trabajaba allí. Yo no podía entrar. Él, detrás del piano, tenía un balcón que daba a la acera de la calle y por ahí entraba yo, me sentaba en el suelo, detrás del piano, y me sonaba las canciones. Para no dejarle como mentiroso, es cierto que, al año, yo tuve ocasión de trabajar en un sitio que se llamaba La Galera, de la calle Villalar, y cantaba para las señoras…

P. De la vida.

R. Sí, sí, hay una canción. Todas las tardes, durante un mes, Manolo tocaba y yo cantaba. Era un público maravilloso.

P. En aquel prostíbulo, que fue el germen del Raphael de hoy -y cuando digo de hoy me estoy remontando unos sesenta años atrás-, ¿cantaba alguna de estas canciones francesas que ha grabado ahora?

R. En ese momento canturrejeaba las canciones francesas que tenían letra en español. Algunas tenían letra en español. Y las salpicaba dentro de las mías. Tuve éxitos grandes como con Ma Vie, por ejemplo, que era de Alain Barriere y, sin embargo, fue un éxito grande conmigo en español. O My Way, que es una canción francesa, de Claude Fraçois, lo que pasa es que luego Paul Anka le puso letra en inglés; pero la original se llama Comme d'habitude, 'Como de costumbre’.

Cuando me entra a mí toda la idea de lo de Francia, había cantado mucho. Conocía la vida de los artistas, mis ídolos eran los franceses.

P. Pero en aquella época, y aún hoy, le gustaba la copla.

R. Mucho. Ya te he dicho, grabé un disco.

P. De jovencito trabajaba en el estudio del maestro Gordillo, autor célebre de copla…

R. Pero nunca canté nada suyo.

P. ¿Ni Torre de Arena?

R. No, no. Ensayaba ahí todos los días. No era mi sentir. Aunque ahí conocí a Rafael de León, Quintero, Quiroga… Nunca canté una canción de Marifé de Triana. He llegado a cantar de la Piquer, Me Embrujaste.

P. ¿Por qué en España hemos abandonado la copla?

R. Es una pena. Yo tampoco entiendo por qué. Puedo hacer el esfuerzo de creer que las mentalidades van, si no cambiando, evolucionando. También, como nos la quieren hacer ver ahora a lo mejor no nos gusta. Cómo la visten, quiero decir. Cómo la presentan. No sé. Desde luego, es extraño. Hay cosas bellísimas. Y yo creo que si volvieran a tratarla como se trataba antes, volvería a ser…

Es patrimonio del pueblo. También es verdad que no existen Rafael de León, ni Quintero. Eso es lo principal. A veces exageran la copla o la ridiculizan y hay gente que se echa para atrás. No sé, son conjeturas.

P. A veces pienso que el pueblo español tiene un problema con su identidad.

R. No creo que tenga que ver. Lo que pasa es que la gente, los jóvenes, van pensando de otra manera. Si lo extraño es que yo tenga el público que tengo de gente joven.

P. Una excepción. Porque parece que estamos condenados a que aquí sólo guste lo de fuera. Lo nuestro cuesta defenderlo.

R. Porque los artistas no lo pelean. A mí la copla me encanta. Pero la que se hacía antes. La de ahora no tiene nada que ver. Y quizás es eso. El tacto que tenían diciendo las cosas Quintero, León y Quiroga, y Solano, esos compositores, hoy no lo hay.

P. Sigue quedando un resquicio de copla en Sevilla, donde ahora tiene una cantidad de conciertos…

R. Soy andaluz por los cuatro costados.

P. Le he escuchado decir que en su casa se habla de política. Tiene sentido, su mujer es nieta y bisnieta de dos figuras clave de la historia política de España. Pero fuera de casa, nunca le hemos escuchado decir ni mú.

R. Para nada. Para nada.

P. ¿Se siente libre para decir lo que piensa?

R. Sí, pero soy poco entendido y lo que temo mucho es meter la pata en cualquier comentario que pueda hacer que no venga a cuento. Lo que no soy es tonto, veo a la gente respirar y veo de qué va la vaina, de qué van las cosas. Por supuesto. Lo único que podría decir es que mi forma de pensar la vierto en las urnas cuando hay elecciones y punto. No tengo nada más que hablar.

P. Usted tiene mucha ascendencia sobre Rusia. Allí le reciben como un ídolo de masas.

R. Soy tendencia musical allí, pero no política.

P. Cierto. ¿Si volviera a dar un concierto en esa romántica Moscú cantaría con más intensidad ‘Digan lo que digan’? A ver si se enteran de lo que quiere decir la letra…

R. Ah. Se la saben de memoria, ¿eh?

P. Pero quizás no quienes se la tienen que saber.

R. Pues no lo sé. Quizás habría que hacer unas elecciones para ver de qué parte están allí, eso no lo hemos hecho nunca. Pero la canción la conocen muy bien.

P. Podríamos decir que Manuel Alejandro es el Rafael de Raphael. ¿‘Qué sabe nadie’ es su canción definitiva?

R. Espero que no.

P. Me refiero: Manolo lo coge a usted como a un lienzo en blanco y empieza a pintar retratos, ¿es ‘Qué sabe nadie’ el mejor de ellos?

R. Podría ser. Podría ser. Manolo tiene otras canciones que también son muy buenas. A lo mejor no hablan de lo mismo pero… en realidad, qué sabe nadie de nadie.

P. Totalmente. Qué enfermedad la de este país por querer saber todo de la vida de la gente.

R. Eso es una cosa mundial…

P. ¿Valió la pena pasar de la niñez a los asuntos?

R. Sí. Y eso que mi niñez fue muy alegre para mí.

P. La penúltima: acaba de grabar los temas de Aznavour, Edith Piaf y tantos otros artistas de antaño, ¿le gustaría que dentro de cincuenta, sesenta o setenta años, haya gente que, como usted ahora, haga lo mismo con las canciones de Raphael?

R. A mí me encantaría. Pero como yo no puedo pedir esas cosas… Ahí queda como idea. (Risas).

P. Los mimbres están, ¿no?

R. ¡Hay que hacer el cesto!













* EL UNIVERSO (22/11/2024) *


MADRID, 22/11/2024.- Raphael, que presenta un nuevo disco, "Ayer... aún", un recopilatorio de grandes canciones francesas de los años 60 y 70 del siglo pasado. EFE/Javier Lizón Foto: EFE

Raphael presenta un nuevo disco, Ayer... aún, un recopilatorio de grandes canciones francesas de los años 60 y 70 del siglo pasado, “por la pura gozada de cantarlas”, y en el que se saca la espina de cantar “a dúo” y en francés con la gran Edith Piaf.

El disco, que reconoce que “ha sido un gran honor” grabar, es un homenaje a la chason francesa y a los intérpretes de la música que escuchaba en sus inicios, cuando no era más que “españolito de a pie que se presentaba en la radio y cantaba estas canciones francesas y también españolas de Quintero, León y Quiroga”, recuerda.

Y ahora, muchos años después, el veterano artista español, con una destacada presencia en Latinoamérica, dice que la decisión de grabar este disco es “por la pura gozada de cantarlas, porque a mí no me hace falta para nada hacer esto, pero para mí es un honor hacerlo”.

Es, como le dijo una vez el cantante francés Charles Aznavour, “estar en el grupo, en el grupo que estamos, que somos y se refería, pues eso, a Juliette Gréco, Edith Piaf, Jacques Brel, a todos los cantantes entre los cuales él me metía”, dice con orgullo.

También por sacarse la espina de no haber cantado nunca con Edith Piaf, con quien tenía previsto actuar en Valencia en 1960 y finalmente la francesa no pudo acudir y fue sustituida en el cartel por Juliette Gréco.

Cuando unos años más tarde Raphael actuó por primera vez en el Teatro Olympia de París, la Piaf ya había muerto “y no pudo ser”.

Por eso, preparando este disco se dijo “pues voy a cantar con Piaf, porque como no llegué nunca a hacerlo en persona, lo voy a hacer ahora, voy a cantar con Piaf y va a ser el único dueto del disco” y la única canción en francés.

Y así fue: Raphael y Piaf cantan “a dúo” el gran himno de la francesa, Non, je ne regrette rien, una canción llena de erres sonoras que al cantante español no le intimidaban en lo más mínimo porque, como asegura, le salen “bastante bien las erres”.

La decisión de cantar solo esta canción en francés y todas las demás del disco en su versión en español se debe simplemente a que Piaf nunca la cantó en español, así que “no había más remedio, ya ha sido muy emotivo, muy emotivo”, dice.

El disco incluye trece canciones de los más grandes, Charles Aznavour, Gilbert Bécaud, Jacques Brel y varias otras canciones míticas de Piaf, como la Vie en rose, Bajo el cielo de París y Padam Padam, la favorita de Raphael, la que se sorpende cantando o tarareando a lo largo del día “porque es el latido del corazón”.



A Raphael, que lleva 86 discos publicados en sus más de sesenta años de carrera, no le parece descabellado llegar a los 100, “pourquoi pas?”, replica antes de recordar que “hubo una época muy larga que hacía mínimo dos discos al año; siempre había mi disco normal, de canciones normales, y luego los discos extra, de tangos, rancheras, sinfónico…” y ahora este homenaje a la canción francesa.

Una cosa tiene clara, que no se va a retirar nunca (tiene 81 años) ni va a hacer nunca una gira de despedida, “porque no la puedo hacer, me moriría de pena y de tristeza”.

“Creo que el público entiende perfectamente que yo no quiera retirarme. Me retirarán si estoy mal, si estoy enfermo, pero yo no puedo. Estaría todo el día llorando”, dice.

Su agenda es bastante ajetreada; además de la promoción de Ayer... aún, Raphael grabará en Linares, su pueblo, una nueva versión de su mítico villancico El tamborilero, con todo el pueblo haciéndole los coros, y después, la Universidad de Jaén lo investirá doctor honoris causa, un reconocimiento que es “un honor muy grande” porque es en su tierra.












* EUROPA PRESS (22/11/2024) *

Vídeo entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=FpRgFcfLpuo













* ABC (22/11/2024) *

Raphael rinde homenaje a la canción francesa "por la pura gozada" de cantarla.

Madrid, 22 nov (EFE).- Raphael presenta un nuevo disco, “Ayer...Aún”, un recopilatorio de grandes canciones francesas de los años 60 y 70 del siglo pasado, “por la pura gozada de cantarlas”, y en el que se saca la espina de cantar “a dúo” y en francés con la gran Edith Piaf. El disco, que reconoce que “ha sido un gran honor” grabar, es un homenaje a la "chason" francesa y a los intérpretes de la música que escuchaba en sus inicios, cuando no era más que “españolito de a pie que se presentaba en la radio y cantaba estas canciones francesas y también españolas de Quintero, León y Quiroga”, recuerda en una entrevista con EFE.

https://www.abc.es/cultura/musica/raphael-rinde-homenaje-cancion-francesa-pura-gozada-20241122153021-vi.html















* RADIOLÉ (22/11/2024) *

Raphael, un grande que rinde homenaje a la canción francesa en «Ayer… aún».


Foto cedida por RLM

Raphael regresa con un nuevo proyecto cargado de emoción. Su nuevo álbum, «Ayer… aún», rinde homenaje a grandes artistas como Gilbert Bécaud, Charles Aznavour, Jacques Brel o la inigualable Édith Piaf.

Hoy, tantos años después de su icónica actuación en L’ Olympia de París en 1967, Raphael cumple otro gran sueño: un disco homenaje a la canción francesa y sus intérpretes. “La música que yo escuchaba, mis temas de toda la vida”, dice Raphael. Y añade que son muchos y muchas artistas quienes han guiado, sin saberlo, su forma de hacer e interpretar.

Compuesto por 13 temas, el álbum refleja la profunda admiración de Raphael por la “chanson”, una influencia que ha marcado toda su carrera. En uno de los momentos más esperados del disco, Raphael se une a su ídolo Edith Piaf en una grabación histórica de su icónico “Je ne regrette rien”, en un dúo que promete hacer historia.

Grabado en los míticos Estudios Meudon de París bajo la producción de Jacobo Calderón, el proyecto fue realizado al estilo de antaño, con los músicos tocando juntos a la vez en el estudio. “Comme il faut” que diría Raphael. (Como es debido).

«Ayer… aún» ya está disponible en todas las plataformas digitales y en tres formatos físicos: CD Digipack, Vinilo negro y una Edición Limitada BoxSet que incluye vinilo blanco, CD, casete y un libreto especial.

Antes de embarcarse en una nueva gira internacional en 2025 para presentar este álbum y los grandes éxitos y clásicos de su vasto repertorio, Raphael finalizará su aclamada Gira Victoria con las últimas fechas programadas para este año.

30/11/2024 – A Coruña, Coliseum

06/12/2024 – Sevilla, Fibes

07/12/2024 – Sevilla, Fibes

13/12/2024 – Sevilla, Fibes

14/12/2024 – Sevilla, Fibes

20/12/2024 – Madrid, WiZink Center

21/12/2024 – Madrid, WiZink Center
















* LA REGIÓN (22/11/2024) *

Raphael condena a la desaparición a los cantantes de reguetón por un simple motivo.


El cantante y actor español Raphael, durante la presentación de su álbum ‘Ayer... aún'. Foto: EP


Pese a su largo recorrido, Raphael ha reconocido que le queda "todo por hacer" y que lo que "hace falta" es encontrar temas que le interesen, porque si no le gusta lo que hace, "no".

El cantante Raphael ha asegurado que el reguetón es música para "el momento del cachondeo", pero que "no llega" a las personas que lo escuchan, razón por la que los artistas que trabajan con este género "desaparecen igual que aparecen".

"Hace unos años que se me preguntó por los reguetones, dije que se le diese un tiempo. Cuando sale una música nueva siempre es `qué horror`. Ya le hemos dado mucho tiempo, y no. Ahí tienes el porqué viene un cantante, mujer u hombre, canta, tiene un éxito muy grande y al año siguiente ya no se oye ni a él ni al reguetón ese. Desaparecen igual que aparecen porque a la gente no le llegan. Le llegan en el momento del cachondeo y para menearse, una vez que se les ha pasado la borrachera y el cachondeo, se olvidan", ha asegurado el cantante en una entrevista con Europa Press.

El artista firma `Ayer... Aún`, su octogésimo sexto disco y que ha grabado en París, en el que homenajea a la `chanson` francesa y a sus máximos exponentes: Édith Piaf, Gilbert Bécaud, Charles Aznavour o Jacques Brel.

"Hay que vivir. El planeta se está destrozando, pero tenemos que arreglarlo (...) Tenemos que meternos en la cabeza que estamos haciendo tanto daño al planeta que nos está devolviendo ya. Lo de Valencia ha sido eso, en Ibiza el agua está caliente, no fresquita, está caliente. Eso lo hemos hecho nosotros", ha criticado.

En ese sentido, pese a su visión cruda de la actualidad, ha asegurado que todavía hay "tiempo" para que se "inviertan" las tendencias en cuanto al cambio climático. "Creo que estamos todavía a tiempo para que la gente que sabe hacer estas cosas, inviertan la tendencia y volvamos a no estropear la base del planeta. Lo que ya no tiene remedio, no tiene remedio, pero no hay que seguir por el mismo camino", ha añadido.

"Me queda por hacer todo"
Pese a su largo recorrido, Raphael ha reconocido que le queda "todo por hacer" y que lo que "hace falta" es encontrar temas que le interesen, porque si no le gusta lo que hace, "no".

"Me queda por hacer todo. Pero lo que hace falta siempre es encontrar temas que te interesen a ti, que te gusten, que disfrutes. Para poder hacer disfrutar a la gente. Si no te gusta a ti, malamente vas a vender a la gente, vender en el sentido de enseñar. A mí me tiene que gustar mucho lo que estoy haciendo para poder transmitirlo, si no, no", ha sentenciado.

Por eso ha decidido hacer un trabajo homenaje a la canción francesa, porque ha sido una música "base" para el desde que tenía 12 años y había dejado de cantar en los coros. "Ya como españolito de a pie, era la música que escuchaba", ha concretado.

"Francia no la ha perdido (la elegancia en la música), los compositores franceses la siguen teniendo. Pero no es una cosa que esté a nivel mundial de moda. Hubo un tiempo en el que era la música francesa lo que se oía en el mundo, ahora es la americana. Pero la francesa siempre va a tener su sitio. La española también, pero nosotros somos más dúctiles y podemos hacer todos esos estilos, lo podemos hacer perfectamente", ha asegurado.

Como ya es tradición para el artista, cerrará el 2024 con cuatro conciertos en Sevilla y dos en Madrid en el WiZink Center, donde lleva ya 15 años seguidos haciéndolo y donde interpretará algunos de sus villancicos como `La canción del tamborilero`.

"Mariah solo hace eso (villancicos). Se ha retirado de la vida pública, solamente hace Navidad. Los mío es de otoño, invierno, primavera y verano, yo estoy todo el año (...) La música debe tener sus épocas también y en Navidad se necesita vivir la música de Navidad. Aunque si luego te vas a bailar te caben los reguetones", ha bromeado.














* TELEMADRID (22/11/2024) *

Vídeo entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=AwRhvug16j0










* CUATRO (NOTICIAS) (22/11/2024) *

Vídeo entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=qCkjVUEBGgs










* HERALDO (ARAGÓN) (22/11/2024) *

Raphael se quita la espina de cantar con Edith Piaf en su nuevo disco.
El cantante rinde un sentido un homenaje a la música francesa en su nuevo álbum, en el que destaca el dueto con la fallecida intérprete gala.


Raphael, en su último concierto en Zaragoza, en diciembre de 2023.Francisco Jiménez


Raphael presenta un nuevo disco, 'Ayer... Aún', un recopilatorio de grandes canciones francesas de los años 60 y 70 del siglo pasado, “por la pura gozada de cantarlas”, y en el que se saca la espina de cantar “a dúo” y en francés con la gran Edith Piaf.

El disco, que reconoce que “ha sido un gran honor” grabar, es un homenaje a la 'chason' francesa y a los intérpretes de la música que escuchaba en sus inicios, cuando no era más que “españolito de a pie que se presentaba en la radio y cantaba estas canciones francesas y también españolas de Quintero, León y Quiroga”, recuerda.

Y ahora, muchos años después, dice que la decisión de grabar este disco es “por la pura gozada de cantarlas, por que a mí no me hace falta para nada hacer esto, pero para mí es un honor hacerlo”.

Es, como le dijo una vez el cantante francés Charles Aznavour, “estar en el grupo, en el grupo que estamos, que somos y se refería, pues eso, a Juliette Greco, Edith Piaf, Jacques Brel, a todo cantantes entre los cuales él me metía”, dice con orgullo.

También por sacarse la espina de no haber cantado nunca con Edith Piaf, con quien tenía previsto actuar en las Fallas de Valencia en 1960 y finalmente la francesa no pudo acudir y fue sustituida en el cartel por Juliette Gréco. Cuando unos años más tarde, Raphael actuó por primera vez en el Teatro Olympia de París, la Piaf ya había muerto “y no pudo ser”.

Por eso, preparando este disco se dijo “pues voy a cantar con Piaf, porque como no llegué nunca a hacerlo en persona, lo voy a hacer ahora, voy a cantar con Piaf y va a ser el único dueto del disco” y la única canción en francés.

Y así fue: Raphael y Piaf cantan “a dúo” el gran himno de la francesa, 'Je ne regrette rien', una canción llena de “erres” sonoras, que al de Linares no le intimidaban en lo más mínimo porque, como asegura, le salen “bastante bien las erres”.

La decisión de cantar sólo esta canción en francés y todas las demás del disco en su versión en español, se debe simplemente a que Piaf nunca la cantó en español, así que “no había más remedio, ya ha sido muy emotivo, muy emotivo”, dice.

El disco incluye 13 canciones de los más grandes, Charles Aznavour, Gilbert Bécaud, Jacques Brel y varias otras canciones míticas de Piaf, como la 'Vie en rose', 'Bajo el cielo de París' y 'Padam Padam', la favorita de Raphael, la que se sorpende cantando o tarareando a lo largo del día “por que es el latido del corazón”.


La retirada, muy lejana.

Raphael, que ya lleva 86 discos publicados, no le parece descabellado llegar a los 100, “pourquoi pas?”, replica antes de recordar que “hubo una época muy larga que hacía mínimo dos discos al año; siempre había mi disco normal, de canciones normales, y luego los discos extra, de tangos, rancheras, sinfónico…” y ahora este homenaje a la canción francesa.

Una cosa tiene clara, que no se va a retirar nunca, ni va a hacer nunca una gira de despedida, “por que no la puedo hacer, me moriría de pena y de tristeza”.

“Creo que el público entiende perfectamente que yo no quiera retirarme. Me retirarán si estoy mal, si estoy enfermo, pero yo no puedo. Estaría todo el día llorando”, dice.

De hecho, su agenda para los próximos días es bastante ajetreada; de la promoción de 'Ayer... Aún', Raphael viaja a Linares, su pueblo, para grabar una nueva versión de su mítico villancico 'El tamborilero', solo que esta vez con todo el pueblo haciéndole los coros y cantando con él.

De ahí se va a Jaén, donde la universidad le va a investir Doctor Honoris Causa, un reconocimiento que es “un honor muy grande” porque es un reconocimiento en su tierra y “no es un disco de oro, es un Honoris Causa”, dice con ilusión.










* "CORAZÓN" TVE (24/11/2024) *

https://www.youtube.com/watch?v=hrENNA7f83k









* ONDA CERO - "Más de uno" con Carlos Alsina (25/11/2024) *



Vídeo entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=zM0c6gO4-E0&t=59s











* COPE - "La Tarde" (25/11/2024) *



Audio entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=c_fACEpiXJI












* RNE - "Las mañanas de rne" con Josep Cuní (26/11/2024) *



Audio entrevista: https://www.rtve.es/play/audios/las-mananas-de-rne-josep-cuni/mananas-rne-raphael-presenta-su-nuevo-disco-ayer-aun/16346824/











* RTVE - "Mañana más" (26/11/2024) *



Vídeo entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=ZEe1iS9CZi8&t=16s












CONTINUAN MÁS HISTORIAS EN EL SIGUIENTE POST (PROMOCIÓN ÁLBUM - RAPHAEL "AYER...AÚN" 2ª PARTE)



7   L A T E S T      R E P L I E S    (Newest First)
alicia Posted - 27/11/2024 : 11:19:15
* EL PAÍS *
Raphael: “Hoy todo es más difícil para los jóvenes. Los sueldos no llegan
Rafael Martos Sánchez (Linares, Jaén, 81 años) lleva más de 60 años cantando, pero se resiste a jubilarse. Se queja de que tiene poco tiempo para descansar, pero ni piensa en retirarse. “¿Qué coño quieres que haga en mi casa? ¿Me quedo viendo la tele? ¿O voy a ver cómo juega Nadal? Eso tampoco, porque él sí se ha retirado ya”, afirma, soltando una risa victoriosa. “Prometo solemnemente que no voy a hacer el ridículo Mientras esté en perfectas condiciones, voy a seguir porque me lo paso muy bien. Disfruto y hago disfrutar a la gente”, añade. El eterno Raphael continúa su eterna gira, Tour Victoria, y el viernes lanza su octogésimo sexto disco, Ayer... Aún, grabado en París, un homenaje a la canción francesa y a sus ídolos: Piaf, Aznavour, Bécaud, Brel… ¿Cómo se va a quedar en casa cuando tiene la agenda llena? El broche de oro de este año serán dos grandes conciertos en el WiZink Center de Madrid. Y después de Raphael, ¿quién? “No puede haber sucesor. Habrá otros, pero Raphael solo hay uno”, sentencia.
Pregunta. Su nuevo disco comienza con Que nadie sepa mi sufrir, canción que popularizó Édith Piaf. ¿Cuál ha sido su mayor sufrimiento?
Respuesta. [Largo silencio] Te iba a decir el hecho de haber sido trasplantado [de hígado], pero eso sería injusto. No es verdad. Eso ha sido para mí la oportuni-* dad de poder seguir viviendo mucho mejor que antes.
P. También interpreta una versión de Lo importante es la rosa, de Gilbert Bécaud, un canto a las cosas simples. ¿Qué es lo importante para usted?
R. ¿Aparte de la rosa? Es importante poder hacer lo que quieres hacer, que te dejen hacer lo que tú quieres hacer. Si encima sale bien, es como ganar la lotería.
P. En el tema que da nombre a este trabajo, Ayer aún, Aznavour cantaba: “Yo pienso que no supe aprovechar el tiempo...”. ¿Piensa mucho en el pasado?
R. No. Yo sufro de un exceso de positivismo porque he conseguido siempre lo que me he propuesto.
P. También hay una versión de Nathalie, un guiño a su esposa, Natalia [Figueroa]. ¿Qué sería de Raphael sin Natalia?
R. No quiero ni pensarlo. No me he puesto nunca en esa situación.
P. Julio Iglesias cantó otra Nathalie en 1982. ¿Habla con él?
R. Él vive en la China y yo en la Cochinchina. Lamentablemente, solo nos hablamos con Julio cuando nos pasa algo malo. Cuando yo estaba enfermo, llamó muchas veces a casa y hablaba con Natalia. Siempre nos tiene que pasar algo para llamarnos y preguntarnos: “¿Va todo bien?”.
P. Termina su disco con Non, je ne regrette rien. ¿Se arrepiente de algo?
R. No me arrepiento de nada porque yo no he hecho nada malo.
P. ¿Qué planes tiene para Navidad?
R. La Navidad siempre en casa. Y luego nos vamos unos días a Ibiza.
P. ¿Qué le gustaría que le regalasen?
R. Ya me han regalado demasiadas cosas. No quiero nada.
P. ¿Se habla de política en la mesa de la familia Martos?
R. Hablamos mucho: bien, mal y regular. No hay temas tabúes en mi casa. Mis hijos ya son señores con hijos que ya opinan.
P. ¿Cómo ve a la juventud?
R. La veo buena gente.
P. Lo tienen muy difícil. No pueden ni comprar ni alquilar una casa. ¿Antes había más oportunidades?
R. Hoy todo es más difícil para los jóvenes. Los sueldos no llegan. Dicen que no hay niños en España. ¿Cómo va a haber niños si la gente joven no puede emparejarse? Antes podías pasarlas canutas, pero había salidas. Ahora no hay salida.
P. Se habla mucho de bulos. ¿Cuál ha sido el mayor que se ha dicho sobre usted?
R. [Silencio] No lo puedo repetir. No se puede uno fiar de los bulos.
P. ¿Se han dicho mentiras sobre usted?
R. El tiempo es el mayor aliado que tengo. ¿No decían que ya no cantaba? ¿No decían que mi boda con Natalia iba a durar dos semanas? Se han dicho muchas barbaridades sobre mí.

20.11.2024

nano Posted - 25/11/2024 : 16:52:15
MUSICA

“ME MORIRÍA DE TRISTEZA”:
A SUS 81 AÑOS, RAPHAEL SE NIEGA A RETIRARSE

"Me retirarán si estoy mal, si estoy enfermo, pero yo no puedo. Estaría todo el día llorando", dice.

MADRID - Raphael presenta un nuevo disco, "Ayer... aún", un recopilatorio de grandes canciones francesas de los años 60 y 70 del siglo pasado, "por la pura gozada de cantarlas", y en el que se saca la espina de cantar "a dúo" y en francés con la gran Édith Piaf.
El disco, que reconoce que "ha sido un gran honor" grabar, es un homenaje a la "chason" francesa y a los intérpretes de la música que escuchaba en sus inicios, cuando no era más que un "españolito de a pie que se presentaba en la radio y cantaba estas canciones francesas y también españolas de Quintero, León y Quiroga", recuerda en una entrevista con EFE.
Y ahora, muchos años después, el veterano artista español, con una destacada presencia en Latinoamérica, dice que la decisión de grabar este disco es "por la pura gozada de cantarlas, por que a mí no me hace falta para nada hacer esto, pero para mí es un honor hacerlo".
Es, como le dijo una vez el cantante francés Charles Aznavour, "estar en el grupo, en el grupo que estamos, que somos y se refería, pues eso, a Juliette Gréco, Édith Piaf, Jacques Brel, a todos los cantantes entre los cuales él me metía", dice con orgullo.
También por sacarse la espina de no haber cantado nunca con Édith Piaf, con quien tenía previsto actuar en Valencia en 1960 y finalmente la francesa no pudo acudir y fue sustituida en el cartel por Juliette Gréco.
Cuando unos años más tarde, Raphael actuó por primera vez en el Teatro Olympia de París, la Piaf ya había muerto "y no pudo ser".
Por eso, preparando este disco, se dijo: "Pues voy a cantar con Piaf, porque como no llegué nunca a hacerlo en persona, lo voy a hacer ahora, voy a cantar con Piaf y va a ser el único dueto del disco". Es también la única canción en francés.
Y así fue. Raphael y Piaf cantan "a dúo" el gran himno de la francesa, "Je ne regrette rien", una canción llena de "erres" sonoras, que al cantante español no le intimidaban en lo más mínimo porque, como asegura, le salen "bastante bien las erres".
La decisión de cantar sólo esta canción en francés y todas las demás del disco en su versión en español, se debe simplemente a que Piaf nunca la cantó en castellano, así que "no había más remedio, ha sido muy emotivo, muy emotivo".
El disco incluye 13 canciones de los más grandes, Charles Aznavour, Gilbert Bécaud, Jacques Brel y varias otras míticas de Piaf, como "La Vie en rose", "Bajo el cielo de París" y "Padam, padam...", la favorita de Raphael, la que se sorprende cantando o tarareando a lo largo del día "porque es el latido del corazón".
A Raphael, que lleva 86 discos publicados en sus más de 60 años de carrera, no le parece descabellado llegar a los 100. "Hubo una época muy larga que hacía mínimo dos discos al año; siempre había mi disco normal, de canciones normales, y luego los discos extra, de tangos, rancheras, sinfónico", explica. Y ahora este homenaje a la canción francesa.
Una cosa tiene clara el artista de 81 años: no se va a retirar nunca ni va a hacer nunca una gira de despedida. "Porque no la puedo hacer, me moriría de pena y de tristeza", confiesa.
"Creo que el público entiende perfectamente que yo no quiera retirarme. Me retirarán si estoy mal, si estoy enfermo, pero yo no puedo. Estaría todo el día llorando", dice.
Su agenda es bastante ajetreada. Además de la promoción de "Ayer... aún", Raphael grabará en Linares, su ciudad, una nueva versión de su mítico villancico "El tamborilero", con todo el pueblo haciéndole los coros. Después, la Universidad de Jaén lo investirá Doctor Honoris Causa, un reconocimiento que es "un honor muy grande" porque es en su tierra.

EFE
Viernes, 22 Noviembre 2024
09:29 pm


maricarmenvkas Posted - 24/11/2024 : 22:55:26
Ufff Dany acabo de terminar de leér y releér todo de principio a fin !!!!

que gran trabajo niño !!!

Gracias a ti, podemos siempre asomar a pasar ratos de los más placenteros !!!

Por cierto qué...Raphael, brillante y deslumbrante en cada entrevista, en cada gesto y palabra !!!

Me quito el sombrero como siempre con él !!!!

Gracias por tanto Dany
MAngelesph Posted - 24/11/2024 : 19:04:01

Muchas gracias Daniel. Menudo trabajo. Ha quedado de lujo.

Un abrazo.

Mª Angeles
nano Posted - 24/11/2024 : 16:26:13
Entrevista | Raphael Cantante

“HOY TIENES UN ÉXITO Y AL AÑO SIGUIENTE NADIE SE ACUERDA DE TI"

Madrid. Jueves 21 de noviembre. Sede de la compañía Universal. A las 14:00, en el descansillo de una segunda planta, se percibe su voz: pausada, frágil, inconfundible. Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, 5 de mayo de 1943) lleva sentado en una silla desde las 9:30. Promociona el último disco de Raphael -“Ayer… aún”- en un junk de entrevistas con una lista interminable de periodistas. Somos los últimos en llegar. Dejamos de escucharle y, al rato, a lo lejos, aparece de pie. Sonriente. Con traje azul y jersey rojo de cuello vuelto. “Ya podéis pasar”, nos invitan desde su equipo. Atravesamos una puerta de cristal.

PREGUNTA. ¿Cómo nos dirigimos?
RESPUESTA. ¿Perdón?
P. ¿De usted o de tú?
R. ¡Por favor! De tú, de tú.
Los pocos que sí le conocen nos advierten que es escurridizo con la prensa. No le gustan los interrogatorios en profundidad. Tan sólo se explaya cuando toca hablar de su mundo: el artisteo. Antes de poner en marcha la grabadora, se recrea con anécdotas de antaño. “A Pastora Imperio me la llevé a un programa de televisión. Ya no bailaba, pero alzó los brazos y fue maravilloso”. Para cantar su verdad se refugia en las canciones, pétalos de su vida. Lo demás permanece enfrascado en un hombre de talla menuda, al que se le notan los 81 años; de carácter correctísimo -exquisitas la educación y la simpatía- y algo introvertido. Nada que ver con el temperamento del cantante sempiterno que, hoy… aún, sigue de gira. Próximamente, en Sevilla, con un ramillete de conciertos en el auditorio de Fibes.
Rafael Martos es un misterio fútil. Empoderado el personaje, corriente la persona. El vuelo de su carrera no tiene más enigma que un tesón que roza el delirio. Todo cobra sentido sobre las tablas. En su cuna, por más que indaguemos, no encontramos más que cuatro estrellas -su mujer y sus tres hijos- y los recuerdos de un andaluz universal que lleva en Madrid desde los nueve meses, que antes incluso de hablar empezó a cantar, en un coro religioso de voces angelicales, y que aprendió a volar con los aromas musicales de España y de Francia. De ahí el último álbum, número 86, un homenaje a sus ídolos de juventud: Becaud, Brend, Aznavour, Montand y, en la cúspide, madame Piaf.
P. ¿Vous parlez français?
R. No.
P. ¿Un petit peu?
R. Un petit. Vamos, lo puedo entender. Lo canto bastante bien.
P. Ya he visto algún concierto suyo en el Olympia de París.
R. ¡Sí, sí!
P. El nuevo disco se llama “Ayer… aún”. Con su permiso, vamos a encender el gramófono de la infancia.
R. ¿De mi infancia?
P. Empezó a cantar con dos, tres…
R. Cuatro años.
P. ¿Recuerda la primera canción que cantó?
R. No. Eran canciones de coro. A los cuatro años se me hizo una prueba porque mi hermano, mayor que yo, iba a un colegio de los Padres Capuchinos y les faltaba la voz primera del coro, había pasado algo. Entonces, al que se ocupaba del coro, que era un fraile, músico, mi hermano le dijo: “Yo tengo un hermanito que canta muy bien, tiene una voz muy aguda”. Y le preguntaron qué años tenía. Él decía: “Es muy chico, tiene cuatro años”. El fraile le respondió: “Tráemelo, tráemelo”. Entré y no salí hasta los diez años.
P. ¿El ruiseñor de Linares traía de fábrica los soniquetes de la canción francesa?
R. Sí, pero tampoco sabría decir cuándo empezó [ese estilo]. Cuando salí del colegio entró en mi mentalidad y en todo mi ser esos gustos míos musicales, que no tenían nada que ver con las canciones de coro de una iglesia. Entonces, me gustaba mucho la canción española. Mucho. Por eso tengo un disco que se llama Andaluz, donde canté todo lo de Rafael de León. Lo hice en los noventa. Y las canciones francesas empecé a escucharlas al participar en concursos de radio que se hacían, donde usé esas canciones porque me encantaban.
A mí se me quedó lo de Piaf y cuando fui al Olympia, yo soñaba con ir al Olympia para invitarla a cantar conmigo, ya se había muerto… Todas esas cosas son las que se han ido desencadenando hasta terminar aquí.
P. Ya que me ha mencionado el coro de la Iglesia: Manuel Alejandro dice de usted que tiene “austeridad franciscana”.
R. Tiene razón en cosas, en cosas… En cómo me tomo mi carrera, en cómo preparo mis cosas de trabajo. Él lo sabe muy bien.
P. Desde luego, en aquellos inicios, fe no le faltó, porque le costó muchísimo salir. Cito unos versos que Manuel Alejandro pone en su boca: “Imité el esfuerzo, la constancia de las olas, que desgastan a las rocas, siendo agua… nada más”. ¿Por qué fue tan difícil?
R. Es que yo creo, con permiso de Manolo, que tiene que ser así. Debe de ser así. No se puede lo que ocurre en la actualidad: que grabas un disco, es un éxito y al año siguiente ni existes ni nadie se acuerda de ti. Porque todo es lo mismo. Una cosa que el año pasado fue de… “uy”, al año siguiente ya ni está, ni se le espera. Es tremendo.
Creo que para llegar a ser alguien en esto hay que tener una cosa que tenemos los andaluces que es solera. Tenemos que tener mucha historia para poder explicársela al público en forma de canción. Es lo que hace Manolo con sus canciones: tirar de su historia. Y yo, a la hora de cantar, tirar de la mía. Eso no se hace en un año. Ten en cuenta que cuando yo salí, para la gente era un ser que movía las manos, ¡cómo podía ser! Peeero… les gustaba mucho.
P. Antes del estrellato, tocabais en bares de prostitutas.
R. ¡No, no! Él [Manuel Alejandro] trabajaba allí. Yo no podía entrar. Él, detrás del piano, tenía un balcón que daba a la acera de la calle y por ahí entraba yo, me sentaba en el suelo, detrás del piano, y me sonaba las canciones. Para no dejarle como mentiroso, es cierto que, al año, yo tuve ocasión de trabajar en un sitio que se llamaba La Galera, de la calle Villalar, y cantaba para las señoras…
P. De la vida.
R. Sí, sí, hay una canción. Todas las tardes, durante un mes, Manolo tocaba y yo cantaba. Era un público maravilloso.
P. En aquel prostíbulo, que fue el germen del Raphael de hoy -y cuando digo de hoy me estoy remontando unos sesenta años atrás-, ¿cantaba alguna de estas canciones francesas que ha grabado ahora?
R. En ese momento canturrejeaba las canciones francesas que tenían letra en español. Algunas tenían letra en español. Y las salpicaba dentro de las mías. Tuve éxitos grandes como con Ma Vie, por ejemplo, que era de Alain Barriere y, sin embargo, fue un éxito grande conmigo en español. O My Way, que es una canción francesa, de Claude Fraçois, lo que pasa es que luego Paul Anka le puso letra en inglés; pero la original se llama Comme d'habitude, 'Como de costumbre’.
Cuando me entra a mí toda la idea de lo de Francia, había cantado mucho. Conocía la vida de los artistas, mis ídolos eran los franceses.
P. Pero en aquella época, y aún hoy, le gustaba la copla.
R. Mucho. Ya te he dicho, grabé un disco.
P. De jovencito trabajaba en el estudio del maestro Gordillo, autor célebre de copla…
R. Pero nunca canté nada suyo.
P. ¿Ni Torre de Arena?
R. No, no. Ensayaba ahí todos los días. No era mi sentir. Aunque ahí conocí a Rafael de León, Quintero, Quiroga… Nunca canté una canción de Marifé de Triana. He llegado a cantar de la Piquer, Me Embrujaste.
P. ¿Por qué en España hemos abandonado la copla?
R. Es una pena. Yo tampoco entiendo por qué. Puedo hacer el esfuerzo de creer que las mentalidades van, si no cambiando, evolucionando. También, como nos la quieren hacer ver ahora a lo mejor no nos gusta. Cómo la visten, quiero decir. Cómo la presentan. No sé. Desde luego, es extraño. Hay cosas bellísimas. Y yo creo que si volvieran a tratarla como se trataba antes, volvería a ser…
Es patrimonio del pueblo. También es verdad que no existen Rafael de León, ni Quintero. Eso es lo principal. A veces exageran la copla o la ridiculizan y hay gente que se echa para atrás. No sé, son conjeturas.
P. A veces pienso que el pueblo español tiene un problema con su identidad.
R. No creo que tenga que ver. Lo que pasa es que la gente, los jóvenes, van pensando de otra manera. Si lo extraño es que yo tenga el público que tengo de gente joven.
P. Una excepción. Porque parece que estamos condenados a que aquí sólo guste lo de fuera. Lo nuestro cuesta defenderlo.
R. Porque los artistas no lo pelean. A mí la copla me encanta. Pero la que se hacía antes. La de ahora no tiene nada que ver. Y quizás es eso. El tacto que tenían diciendo las cosas Quintero, León y Quiroga, y Solano, esos compositores, hoy no lo hay.
P. Sigue quedando un resquicio de copla en Sevilla, donde ahora tiene una cantidad de conciertos…
R. Soy andaluz por los cuatro costados.
P. Le he escuchado decir que en su casa se habla de política. Tiene sentido, su mujer es nieta y bisnieta de dos figuras clave de la historia política de España. Pero fuera de casa, nunca le hemos escuchado decir ni mú.
R. Para nada. Para nada.
P. ¿Se siente libre para decir lo que piensa?
R. Sí, pero soy poco entendido y lo que temo mucho es meter la pata en cualquier comentario que pueda hacer que no venga a cuento. Lo que no soy es tonto, veo a la gente respirar y veo de qué va la vaina, de qué van las cosas. Por supuesto. Lo único que podría decir es que mi forma de pensar la vierto en las urnas cuando hay elecciones y punto. No tengo nada más que hablar.
P. Usted tiene mucha ascendencia sobre Rusia. Allí le reciben como un ídolo de masas.
R. Soy tendencia musical allí, pero no política.
P. Cierto. ¿Si volviera a dar un concierto en esa romántica Moscú cantaría con más intensidad ‘Digan lo que digan’? A ver si se enteran de lo que quiere decir la letra…
R. Ah. Se la saben de memoria, ¿eh?
P. Pero quizás no quienes se la tienen que saber.
R. Pues no lo sé. Quizás habría que hacer unas elecciones para ver de qué parte están allí, eso no lo hemos hecho nunca. Pero la canción la conocen muy bien.
P. Podríamos decir que Manuel Alejandro es el Rafael de Raphael. ¿‘Qué sabe nadie’ es su canción definitiva?
R. Espero que no.
P. Me refiero: Manolo lo coge a usted como a un lienzo en blanco y empieza a pintar retratos, ¿es ‘Qué sabe nadie’ el mejor de ellos?
R. Podría ser. Podría ser. Manolo tiene otras canciones que también son muy buenas. A lo mejor no hablan de lo mismo pero… en realidad, qué sabe nadie de nadie.
P. Totalmente. Qué enfermedad la de este país por querer saber todo de la vida de la gente.
R. Eso es una cosa mundial…
P. ¿Valió la pena pasar de la niñez a los asuntos?
R. Sí. Y eso que mi niñez fue muy alegre para mí.
P. La penúltima: acaba de grabar los temas de Aznavour, Edith Piaf y tantos otros artistas de antaño, ¿le gustaría que dentro de cincuenta, sesenta o setenta años, haya gente que, como usted ahora, haga lo mismo con las canciones de Raphael?
R. A mí me encantaría. Pero como yo no puedo pedir esas cosas… Ahí queda como idea. (Risas).
P. Los mimbres están, ¿no?
R. ¡Hay que hacer el cesto!



Pepe Luís Vázquez
EL CORREO (Andalucia)
Madrid, 24 Noviembre 2024
12:21 h.

nano Posted - 22/11/2024 : 16:46:30

Gracias por las entrevistas en los periodicos, (aunque no todos los podemos leer, ya que nos somos suscriptores)
Un saludo.
nano Posted - 22/11/2024 : 00:51:35
Buenas noches
ESPECTACULAR, es una joya en la carrera de RAPHAEL, me encanta todo como se ha hecho, que voz , que estilo.
Pero el dúo con EDITH PIAF Y RAPHAEL, que maravilla es como extremecerse en la musica, FORMIDABLE.
Ha merecido la pena trasnochar para oir esta belleza de disco.
Gracias RAPHAEL

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