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T O P I C R E V I E W
Daniel
Posted - 03/10/2024 : 17:17:37
Y Barcelona, no podía ser menos. El Liceo, todo un coloso de la música, esperaba a Raphael lleno hasta la bandera durante dos jornadas consecutivas, porque sí. Porque El gran Liceo sabe de la valía de este auténtico monstruo de la escena. Sabe de las leyendas que han pisado sus tablas, y no era menos el recibir con honores al que honores lleva mereciendo desde hace más de 60 largos años de carrera.
Su gente, su público de Barcelona y la Cataluña allí congregada sabía que iba a tener la oportunidad de vivir 2 noches de locura total con el gran Raphael, como así fue. Se dice que para muestra un botón, y vamos a ir recorriendo poco a poco todo lo vivido en esas dos noches extraordinarias.
¡Adelante!
El domingo, primera de las jornadas festivas, se reunió un buen grupo de Raphaelistas para almorzar, algo tradicional entre los amigos de la Asociación.
* * 1ª NOCHE (domingo 29 de septiembre) *
En el aire había un halo de magia que hacía presagiar que el encuentro con Raphael sería un auténtico bombazo.
ENTREVISTA A RAPHAEL PARA EL PROGRAMA "PODRÍA SER PEOR". REALIZADA POR DANI REUS, INTEGRANTE DEL CORO QUE ACOMPAÑA A RAPHAEL, TRAS LA FINALIZACIÓN DEL SEGUNDO CONCIERTO EN EL LICEO DE BARCELONA.
A sus 81 años, el mito de Linares pone en pie al Gran Teatre del Liceu en Barcelona.
Toni Castarnado Foto: Arxiu The Project Barcelona. Lunes, 30 de septiembre de 2024. 06:44 Actualizado: Lunes, 30 de septiembre de 2024. 08:56
Cierto es, que Raphael ha venido unas cuantas veces a Catalunya en los últimos años. Pero hubo un tiempo en que verle por aquí no era tan habitual. Por eso, cuando a inicios de siglo XXI se presentó en Barcelona con la obra teatral Jekyll & Hyde, aquello se vivió como un acontecimiento, algo excepcional. Daba igual si la obra estaba bien representada, si la escenografía era buena… Lo importante era que él estaba allí. Y que su voz, el gran valor que aún tiene (amén de su carisma), se mantenía en una forma espléndida. Aquella tarde, a la salida del teatro, le esperaban las fans. Sin embargo, como la estrella que es y fue, Raphael salía pitando de allí. Saludó apresuradamente y por cortesía, y a continuación se metió en un coche. Las seguidoras (también sus seguidores) que había allí, eran, en su mayoría, las mismas que en los sesenta se volvían locas por él. Nuestras madres (y también alguna abuela) fueron testigos de un estallido que vivieron como merecía la ocasión: nunca antes se había visto a alguien así, tan torrencial y con tanta estrella. Para otros, los más socarrones, era ese señor histriónico que al cantar mirando al cielo y con la mano alzada, parecía que apretaba bombillas.
Una luz candente. Y ahora, ya en pleno 2024, Raphael mantiene candente esa luz, esa sonrisa, esa tenacidad. Cabe decir, que el artista nacido en Linares ha gestionado de manera primorosa el final de su carrera. El mito no ha dejado de crecer. Y lo ha hecho de la mejor manera: defendiendo sus canciones en su hábitat natural, los escenarios. Ese es el mejor de los homenajes, en vida y cantando cada uno de sus himnos, que son muchos. Por tanto, arrastrando todavía la cola de su disco de 2022, Victoria (con el asesoramiento de Pablo López), Raphael aprovecha la ocasión para dar recitales de dos horas. En Barcelona hay dos citas, la de anoche y la de hoy. Así pues, quienes quieran rendirle pleitesía tienen que apurar las opciones. Con un Julio Iglesias que ya no se prodiga, un Serrat que ya se despidió, Ana Belén que no le canta tan a menudo a la Puerta de Alcalá, son él y, quizá, Miguel Ríos, los que aguantan esa antorcha de la nostalgia.
Con la gente haciéndose fotos en la escalera de subida al teatro, y una vez sentados, explicando en qué momento y quién les regaló las entradas para estar ahí, las luces se apagan y por un lateral del escenario, sale Raphael. Él se para quieto y observa, es el momento en que la gente enloquece. Diría, incluso, que ese es el tris de mayor euforia. Ya en la segunda canción, De tanta gente, imágenes del público en blanco y negro y, también, del más reciente, con mascarillas de la época post-COVID en pantalla. Digan la que digan es la primera gran canción del set, ahí surge el verdadero Raphael; gesticula, chasquea dedos y mueve caderas. En definitiva, se siente cómodo y a gusto, está como en el salón de casa. Ni un lugar tan sagrado como el Liceo le intimida. Quizá porque se ha visto en circunstancias parecidas en infinidad de ocasiones.
Con Mi gran noche, y un cartel con el lema en pantalla, da la sensación que el teatro se va a venir abajo. Pero no, quizá la canción llega demasiado pronto o puede que, en el fondo, ese tema no sea tan importante como hemos pensado en los últimos tiempos. En cambio, en Estuve enamorado si enciende ese fuego. Asimismo, en A que no te vas, ya solo con el pianista (fabuloso, por cierto) como acompañante, la demostración más palpable: de voz está pletórico. En lo consiguiente, goza del colchón de diez músicos y el trío de coristas. Entretanto, un bolero y un sincero guiño a Barcelona y Catalunya, seguido de una Amor mío orquestal y con mucha épica.
Así hasta llegar al Raphael más flamenco y embrujado en Que nadie sepa mi sufrir, con la guitarra como socia. Lo hace tan bien, que al acabar, se deja caer sobre el piano, y se da, a sí mismo, dos cachetes simpáticos en la mejilla. Mientras, a la adaptación de Gracias a la vida de Violeta Parra, le faltó chispa, no se la acabó de creer. Algo que sí consiguió con Se nos rompió el amor, en este caso la Jurado sí se sentiría orgullosa del resultado. La traca final, tras dos horas en las que no hay casi relleno, empieza con Estar enamorado (qué letra tan profunda, poética y arrebatadora), instante en que hace cantar al público. Y él, lógicamente, se muestra agradecido. Con ese amplio catálogo de gestos y posturas, lo suyo es arte en movimiento. No obstante, todavía quedaba lo mejor, la inevitable Yo soy aquel (una interpretación rotunda), y una reivindicación de aquel Raphael viajero, el que iba a Moscú con postal ilustre, el que cantaba en el London Palladium o aquel que daba recitales colosales en Francia. Y ya con el acelerador a tope, a Escándalo le da un toque de rumba y música cubana (hay hasta un interludio rapero), justo antes de abrir las puertas de Como yo te amo y la promesa de volver, mientras Dios lo quiera, a tierras catalanas. Con la platea en ebullición, cantó a capela unas estrofas de A mi manera, yéndose tal y como vino: aplaudido y venerado.
* LA VANGUARDIA -----------------------
Primera noche triunfal –y abarrotada- en Barcelona del cantante que siempre vuelve.
Joaquín Luna
Los y las legionarias de Raphael llenaron este domingo el Liceu de Barcelona como lo harán otra vez este lunes porque lo consideran el más grande, y al más grande se le sigue allí donde vaya. Ahí es nada, dos funciones con todo vendido en noches consecutivas y a precio no excesivamente populares (180 euros la platea). Da igual: Raphael tanto monta una pista de baile en un templo de la ópera como hace del público su coro, tal que sucedió con el apoteósico Como yo te amo.
Durante 130 minutos, sin tregua ni parlamentos, el incombustible Raphael desplegó el espectáculo Victoria, con las canciones de casi siempre, fogonazos de Sudamérica –Gracias a la vida- y la canción homónima de Pablo López del que añade un tema, Lo saben mis zapatos, que el de Linares ya se ha hecho suyo. A inquietud y alergia al acomodo nadie gana a este hombre.
Las legiones de Raphael nunca fallan. A simple vista, son personas normales que nunca se definirían como “ciudadanos”. Saben lo que les dará y les gusta, de modo que pasadas las diez de la noche del Liceu salía gente feliz y alegre en cuyos cuerpos resonaban esos éxitos, cada cual el suyo. Unos silbaban Yo soy aquel, otros En carne viva y algunos aún el lejano Digan lo que digan.
El espectáculo y la sincronización musical pudo ser mejor, como todo en esta vida, pero desmintió a algún despistado que camino del Liceu comentaba a su chica que “debe tener tanta voz como yo”. Error. Tampoco es nuevo porque se trata de un artista al que muchos han despreciado al modo de los campesinos de Soria descritos por Antonio Machado: “desprecian cuanto ignoran”.
Las legiones de Raphael ovacionaron, hicieron de coro y disfrutaron de lo lindo con un repertorio tan variado como uniforme porque todo lo que canta Raphael se vuelve Raphael. No es ya la voz, es la personalidad. Como en tantas ciudades, Raphael se despidió con un “Yo siempre volveré, si dios quiere”. Y allí estarán, esperando, sus legiones.
* DIARIO CRÍTICO -------------------------
Público de todas las edades disfrutaron con el cantante jienense.
El incombustible Raphael puso a arder de pasión el Liceo de Barcelona
Por José R. Palomar Jueves 3 de octubre de 2024
Los últimos años la cita era en el Palau Sant Jordi, y en este recién estrenado Otoño, Raphael eligió como lugar el prestigioso Liceo de Barcelona, que se llenó por completo en cada uno de los dos recitales (29 y 30 de Octubre) El maestro jienense tiene un público incondicional: da igual cuál sera el escenario, incluso para los que viajan desde otras partes de España. Saben lo que les va a dar, lo que va a cantar, y se establece una corriente eléctrica entre público y escenario, que hace se te olviden las penurias durante dos horas, que es lo que duró el concierto. Raphael desgranó las canciones de su repertorio, que sus seguidores no le perdonarían obviar: “Yo soy aquel”, “Digan lo que digan”, “En carne viva” (es en la que imprime la mayor carga dramática). Y en algunos momentos, apareció por la enorme pantalla detrás del artista, imágenes de los países que ha recorrido a lo largo de su trayectoria. Le acompañó una extraordinaria orquesta, compuesta por 12 músicos: guitarra, batería, piano, e incluso comba (además de un coro de chicas jóvenes). Y es que el de Jaén se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, por eso podían verse gente de todas las edades en la platea ¡y cinco pisos que tiene el enorme y bello marco del Liceo!. Los éxitos de Raphael van pasando de generación en generación, de ahí que sus incondicionales se saben de memoria las letras, y disfrutan de la peculiar interpretación, y una voz que a sus 83 años, está en su mejor momento. Un caso poco usual en la historia de la música…
Novedad
Hubo en dos horas de recital, lugar para nuevas piezas, que siempre sorprenden, como el tema titulado “Niño”, u otro cuya estrofa más sorprendente es “Te voy a matar...”. Introdujo estilos, como el flamenco, el bolero, y solos con el acompañamiento únicamente de una guitarra :“Gracias a la vida” y “Amor de mis amores” (de Chavela Vargas). La emoción se desbordó, y este que escribe hasta se emocionó, cuando interpretó la canción de Rocío Jurado (fueron grandes amigos): “Se nos rompió el amor”.
Raphael introdujo la ciudad de Barcelona en alguna canción, y prometió volver a esta ciudad “donde nunca dejaré de venir”. Como resumen, y en términos taurinos, podría decirse que armó un lío, y la gente salió contenta y bailando, en una noche de agradable temperatura en la Ciudad Condal.
El Gran Teatre del Liceu, se preparaba para dar cabida a un aforo con el cartel de “Vendidas todas las localidades” Y, como si de una gran fiesta se tratara, las gentes llegadas de todas partes llenaron las dos noches de conciertos del magno espacio en el corazón de Barcelona. Llegábamos con unas ganas locas de volver a ver a Raphaël en nuestra ciudad y en un lugar tan emblemático.
Cuando Raphaël salió a escena, las dos noches de concierto, el Liceu lo abrazó en un inmenso y largo aplauso y es que… eso es lo que tiene de bello y de emocionante ese Teatro, que te envuelve, te abraza… como una avalancha de emociones que llegan directamente al corazón del artista y creo que eso es lo que sintió Raphaël en ese momento. Se sintió envuelto por el cariño de un público que le adora y sintió ese largo y respetuoso abrazo convertido en miles de manos que no dejaron de aplaudir hasta que Raphaël así lo decidió comenzando con “La Noche” Ese “Tu amor de noche me llegó” tremendo, inundando corazones que ya estaban a flor de piel solo con su presencia. Y así, fueron desgranándose las canciones de siempre y las de su último trabajo “Victoria”
Podría pararme a desmenuzar cualquier tema, pero me voy a quedar con “De tanta gente” y cómo nos identificamos al pie de la letra con el autor y con el artista, cuando nos dice: “De tanta gente De donde y cuando Sin conocernos Nos damos tanto Tan de repente Tan esperando Tan hasta siempre O cuando dice: Vivir y hacer vivir Soñar y hacer soñar Cantar amándote Y amado por cantar Ni tú, ni yo, volamos solos”
¡Cuánto ama Raphaël al público! ¡Cuánto se le nota! y ¡Cuánto le queremos nosotros y nosotras a él! Siempre he creído que ese el gran secreto de su dilatada carrera. El amor mutuo, perdurable en el tiempo y la fidelidad que nos tenemos. La Ciudad Condal, Cap i Casal de Cataluña, le adora y así lo ratifican las personas llegadas de otros lares, que siempre dan fe de lo que viven en primera persona y sin que nadie se lo cuente. El amor y el respeto de la gente hacia Raphaël, cuando se envuelve para regalo, se llama Teatre del Liceu. Raphaël ha dicho: “Los quiero y los querré siempre y para siempre” y yo le creo porque es verdad de la buena. También ha dicho que volverá y también le creo, porque él sabe que “No podemos volar solos” El Liceu y el público se despide hoy emocionado con un hasta siempre, Maestro. Si, Raphaël es de tanta gente… De mucha gente… pero por dos días ha sido nuestro y de Barcelona.
"Siempre te he mirado indiferente, eras tan sólo un amigo y, de repente, lo eres todo; todo para mí..."
Así reza parte de una canción de la artista gallega Luz Casal que se titula "Lo eres todo". El tema cuenta una historia de amor referida a dos amigos que, de repente, de un día para otro,se ven de manera diferente y ya nunca más se van a volver a ver como lo hacían antes. En los conciertos de la gira de este año de Raphael a mí me está pasando, no con una persona sino con una canción, y es la que da título a esta crónica: "CUANDO TÚ NO ESTÁS". Estamos, sin duda, ante una de las joyas de la corona del artista, uno de esos temas imprescindibles en cualquiera de sus conciertos; un tema, que por sí solo es capaz de emocionar a cualquiera que lo oiga en directo, y es que, a una letra desgarradora se le suma la interpretación que hace el de Linares que consigue meternos en una triste historia que fue llevada, en su día, al cine. El pasado día 2 de junio asistí en el teatro romano de Mérida a mi primer concierto de la gira "Victoria 2024" y, cuando oí los primeros acordes de este tema me ocurrió algo parecido a lo de la canción de Luz y es que estaba escuchando de una manera "diferente" la canción a como lo venía haciendo desde que apenas tenía tres años y mi padre ponía en su tocadiscos (marca Phillips; con ph, por supuesto) el EP en el que venía la misma. La canción no era la misma; hace unos meses falleció mi madre y es que, desde ese 17 de enero, el mundo no es el de siempre, yo lo veo diferente porque ella no está. De repente, esa canción me emocionó, hizo que se me saltaran las lágrimas y convirtió a la Laura de la canción en mi madre, y esa luna ya no brillaba igual y esa noche yo la vi oscura, como dice la letra de la canción.
Han pasado varios conciertos desde entonces y todavía no me había atrevido a escribir nada de esta gira...hasta hoy. Ayer asistí en el Teatro del Liceu de Barcelona a otro magnífico concierto en el que Raphael recibió, nada más salir, una cerrada y cariñosa ovación de más de dos minutos, antes de que sonaran los primeros acordes de "La noche", el tema que compusiera Salvatore Adamo y con el que está abriendo esta temporada. Con un torrente y una calidad de voz fuera de lo común, nuestro querido artista volvió a poner "patas arriba" un teatro lleno de un público de varias generaciones con un repertorio de temas de siempre y de hoy; canciones que le ha escrito Pablo López y que ya suenan a imprescindibles y a clásicas, y es que, mezclar temas como "Victoria" con otros como "Amor mío" o "Somos" o "Qué sabe nadie" sólo lo puede hacer él. Cuando llega el turno de "Cuando tú no estás" mi sensación es la misma que en ocasiones anteriores; ya es algo inevitable que las primeras notas haga que la canción se convierta en el "todo" de Luz Casal y es que el recuerdo de mi madre, que a diario está presente en casi todos mis pensamientos, se acentúe aún más durante los tres minutos que dura esta joya que compusiera Manuel Alejandro hace ya casi sesenta años. Ya os lo he dicho antes, no me había atrevido a escribir hasta este momento, y no por falta de ganas, sino por falta de fuerzas para hacerlo. Esta crónica no tiene nada que ver con las anteriores, es mucho más íntima y personal. Yo siempre digo que hay canciones que son personas y, desde este año, "Cuando tú no estás" eres tú, mamá porque, aunque no estés físicamente, sigues estando conmigo todos los días de mi vida. Mi recuerdo y dedicatoria a mis fieles escuderas con quien compartí el concierto Tere Fernandez y Marina Cortes ; a Lourdes Delgado , que esta vez no nos pudo a acompañar y, finalmente, a mis amigos raphaelistas de todos los lugares de España con quien me volví a encontrar un día más: Gerard Pujol Cuenca Ernesto Milián López Pilar Molon Miguel Reyes Montserrat Muniente Bastarós María Pilar Marbán Javier Asencio Cisneros Isabel Rodriguez Ron Gracias a todos por compartir conmigo esta bendita locura que es ser raphaelista.
Barcelona, 30 de septiembre de 2024
Saludos
3 L A T E S T R E P L I E S (Newest First)
Administrador
Posted - 09/10/2024 : 13:47:48
Jesús y Montse, gracias por vuestras crónicas
Cami
Posted - 05/10/2024 : 09:28:58
Maravilloso, maravilloso. De otro tiempo. Gracias Daniel por el trabajazo. Besos CAMI
palentina
Posted - 03/10/2024 : 19:54:41
Gracias por esta recopilación. La crónica de El Nacional no la había leído. Muy buena. Aunque como siempre, las más sentidas son las escritas por sus seguidores, como Jesús y Montse. Muy emocionantes. Mary