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 ENTREVISTAS DE RAPHAEL
 Vasija de barro, el canto colectivo

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T O P I C      R E V I E W
Miguel Posted - 15/05/2003 : 16:38:51
Tal como os promet?, aqu? est? la apasionante historia de esta canci?n.

Estamos a la espera de que nos confirmen si realmente RAPHAEL lleg? a grabar este tema.

Tres poetas, dos pintores y el inolvidable d?o del Potolo Valencia y Gonzalo Ben?tez, compusieron, en una noche, esa especie de himno secreto de los ecuatorianos.

La noche del 7 de noviembre de 1950 (?o fue la madrugada de ese d?a? porque la bohemia transcurre al filo de la medianoche siempre) dos pintores, tres escritores y dos m?sicos se encontraron componiendo la canci?n que ser?a, con los a?os, una especie de carta de identidad: la vasija de barro.
?El motivo? Quiz?s un cuadro que, en esos momentos, bosquejaba Oswaldo Guayasam?n. Quiz?s, una ancestral relaci?n con el barro, la tierra cocida que acompa?? las culturas en el territorio ecuatoriano desde los or?genes.
La met?fora: la vasija como una sepultura. ?Ocurri? as? en las culturas anteriores a la colonizaci?n espa?ola? Los vestigios hablan, en verdad, de un culto a los huesos de los ancestros. Un ritual por el cual se descarnaba el cuerpo para guardar en la vasija de barro los huesos.

Incluso ocurr?a que el esqueleto de un difunto aparec?a, en los descubrimientos arqueol?gicos, conteniendo entre sus brazos otros huesos anteriores, para as? cumplir el culto hasta despu?s de la muerte. Lo encontramos a lo largo de las culturas de la Costa, y m?s recientemente en el Napo, en la Amazon?a. Una sorprendente exposici?n de vasijas funerarias realizada por el Centro Artes, en colaboraci?n con el Cicame, hace ya m?s de un a?o, nos descubri? la historia de un barro iluminado, alucinado, que guardaba los huesos de las gentes de aquella cultura amaz?nica. Son las im?genes que recogemos en esta entrega de BLANCO Y NEGRO gracias a la colaboraci?n de Iv?n Cruz, director del Centro Artes, y el extraordinario fot?grafo belga Olivier Auverlau.
Pero el barro no solo 'guardaba' el ?ltimo sue?o, sino que lo acompa?aba tambi?n. No hay necr?polis en nuestro territorio en la que no se haya encontrado una enorme cantidad de vasijas conteniendo ma?z y otros alimentos, para el largo tr?nsito desde la muerte hacia la eternidad.
La vasija de barro es la figura mayor de nuestra cultura. Sobre ella, perfeccionaron los sucesivos pueblos todas sus t?cnicas para manejar el color, los engobes, la evocaci?n de las formas humanas. La vasija es memoria. Refugio. Cotidiano compa?ero en el que los hombres beb?an "un zumo de sol", dice Jorge Carrera Andrade, uno de los poetas que estuvo en el encuentro del 7 de noviembre de hace 50 a?os. (JP)

El fruto de las tertulias

La ciudad acababa muy pronto. Sus l?mites eran estrechos. Tal vez por ello, o por la conservaci?n de ciertas buenas costumbres, como la tertulia; lo cierto es que los intelectuales quite?os ten?an un contacto m?s fluido entre ellos. Algo que, en estos momentos, es un c?lido recuerdo.
La soledad rodea a los creadores de hoy. Apenas si se reconocen en alg?n acto p?blico, la presentaci?n de un libro, la apertura de la exposici?n pl?stica o la medianoche en el Pobre Diablo.
En los a?os cincuenta, los encuentros eran frecuentes. De pronto, estaba Benjam?n Carri?n en Quito y era posible hablar de Am?rica Latina.
O pasaba por aqu? el poeta Jorge Carrera Andrade.
Lo cierto es que las tertulias iban dibujando el pa?s en los peque?os espacios intelectuales, del mismo modo como los destinos pol?ticos se fraguaban en alguna cafeter?a de la Plaza Grande.
As? naci? Vasija de Barro, para subrayar, de paso, ese esp?ritu trist?n de nuestras urbes, esa fatalidad que alimentar?a tambi?n el tango y otras expresiones musicales urbanas de nuestro continente. En alguna ocasi?n, la tertulia acab? en una c?rcel, donde pasar?an el 'chuchaqui' los protagonistas de alguna fugaz revuelta pol?tica que se fue fraguando a lo largo de la noche, al calor de los 'mayorca Flores de Barril' y los debates sobre la quimera socialista.
Esa noche del 7 de noviembre estaban los poetas Jorge Carrera Andrade, Jorge Enrique Adoum y Hugo Alem?n, los pintores Jaime Valencia y Oswaldo Guayasam?n (el anfitri?n del encuentro) y los inolvidables 'Potolo' Valencia y Gonzalo Ben?tez.
Y desde los m?rgenes, testigos de lo que ocurr?a, dos extranjeros que acabar?an profundamente enraizados en el pa?s, el escritor (de varias decenas de libros), viajero y fot?grafo Rolf Blomberg y la investigadora Lilian Robinson. (JP)

En el fondo oscuro...

Una antiqu?sima pr?ctica po?tica oriental consist?a en juntarse tres o cuatro poetas y componer un poema colectivo. Cada uno de los creadores compon?a dos, tres versos, a los que el siguiente poeta enlazaba su versos.
Lo que ocurri? en la medianoche del 7 de noviembre fue algo m?s espont?neo. Una reacci?n. Un poeta que va a la biblioteca, busca un libro de Marcel Proust y se pone a escribir. Y otro que le 'acolita'. As? naci? la vasija de barro:

Yo quiero que a mi me entierren
como a mis antepasados
en el vientre oscuro y fresco
de una vasija de barro

Cuando la vida se pierda
tras una cortina de a?os,
vivir?n a flor de tiempos
amores y desenga?os.

Arcilla cocida y dura
alma de verdes collados
barro y sangre de mis
hombres
sol de mis antepasados.

De t? nac? y a t? vuelvo
arcilla, vasija de barro,
con mi muerte yazgo en t?,
en tu polvo enamorado.


Para escuchar el midi http://www.raphaelista.com/public/vasija.mid

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